el yesQuero Nro. 177
Selva adentro
Por
Rafael Rincón Patiño*
La carta de Íngrid Betancourt antes que un testimonio es el testamento de una persona que vive muerta en medio de la selva. Una ex candidata presidencial que lleva casi seis años secuestrada y de la cual se ocupan las partes porque está en la agenda de Francia.
Íngrid, exhausta, le deja a su familia el amor, a Francia su gratitud, a Colombia sus deseos. La carta-testamento afirma que lo primero es la vida, ese es el real “inamovible”, ese debe ser el fundamento, esa es la clave de nuestro destino.
Pero, no es así, por eso “aquí vivimos muertos” y “la felicidad es triste”, sentencia Íngrid en su carta a sus seres queridos. Es muy difícil escribirlo, pero Colombia es un país en donde los muertos hablan. La carta de Ingrid es la encrucijada del presidente Uribe V. y de la guerrilla de las Farc. Ellos seguirán la suerte de Íngrid.
Medios y fines fundamentan la responsabilidad política. El camino legitima la paz y la democracia como los móviles altruistas o el bien común. Así menos homicidios es un fin laudable, pero deja de serlo cuando los medios son el paramilitarismo, la intimidación, la amenaza, la extorsión y el chantaje. Por el contrario son resultados dañados. La paz laboral no se consigue asesinando sindicalistas.
El acuerdo humanitario es el medio para lograr un fin preciso, concreto. El acuerdo humanitario es la hoja de ruta para que las personas secuestradas obtengan la libertad y para que cese el dolor de las víctimas. Es un fin inmediato, pero no por eso menos valioso.
Los titulares del acuerdo humanitario en Colombia son las partes combatientes, protagonistas del conflicto armado, son las partes enfrentadas. El acuerdo humanitario es un recurso suplementario, porque la obligación (ética, jurídica y política) principal dentro del Derecho Internacional Humanitario la tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc: dejar libre a los secuestrados.
Dice Íngrid Betancourt, en su carta personal, que los secuestrados son un tema políticamente incorrecto. Son políticamente incorrectos para los combatientes.
El acuerdo humanitario es un tema político y por eso no va, por eso tiene dificultades, porque Colombia vive una guerra fría, porque eso es la seguridad democrática, es la negación de la política, es la guerra por otros medios.
Los enfrentados se babean por resolver el problema en la guerra: rescate a sangre y fuego para unos, o ejecución en medio del rescate, para los otros. Se sueñan con ese video.
Políticamente las partes enfrentadas son responsables de la vida y la libertad de los secuestrados. La omisión de un acuerdo humanitario los hace responsables de sus efectos. Negar la existencia del conflicto armado interno es una coartada para negar la responsabilidad política.
Si el destino de Íngrid es el destino de Colombia, es decir, una Colombia agotada por la guerra, cansada de reclamar la dignidad de la vida, terminaremos “selva adentro” exigiendo la dignidad de la muerte.
Medellín, 4 de diciembre de 2007
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
Aquí vivimos muertos
Íngrid Betancourt
Íngrid Betancourt
La carta de Íngrid Betancourt antes que un testimonio es el testamento de una persona que vive muerta en medio de la selva. Una ex candidata presidencial que lleva casi seis años secuestrada y de la cual se ocupan las partes porque está en la agenda de Francia.
Íngrid, exhausta, le deja a su familia el amor, a Francia su gratitud, a Colombia sus deseos. La carta-testamento afirma que lo primero es la vida, ese es el real “inamovible”, ese debe ser el fundamento, esa es la clave de nuestro destino.
Pero, no es así, por eso “aquí vivimos muertos” y “la felicidad es triste”, sentencia Íngrid en su carta a sus seres queridos. Es muy difícil escribirlo, pero Colombia es un país en donde los muertos hablan. La carta de Ingrid es la encrucijada del presidente Uribe V. y de la guerrilla de las Farc. Ellos seguirán la suerte de Íngrid.
Medios y fines fundamentan la responsabilidad política. El camino legitima la paz y la democracia como los móviles altruistas o el bien común. Así menos homicidios es un fin laudable, pero deja de serlo cuando los medios son el paramilitarismo, la intimidación, la amenaza, la extorsión y el chantaje. Por el contrario son resultados dañados. La paz laboral no se consigue asesinando sindicalistas.
El acuerdo humanitario es el medio para lograr un fin preciso, concreto. El acuerdo humanitario es la hoja de ruta para que las personas secuestradas obtengan la libertad y para que cese el dolor de las víctimas. Es un fin inmediato, pero no por eso menos valioso.
Los titulares del acuerdo humanitario en Colombia son las partes combatientes, protagonistas del conflicto armado, son las partes enfrentadas. El acuerdo humanitario es un recurso suplementario, porque la obligación (ética, jurídica y política) principal dentro del Derecho Internacional Humanitario la tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc: dejar libre a los secuestrados.
Dice Íngrid Betancourt, en su carta personal, que los secuestrados son un tema políticamente incorrecto. Son políticamente incorrectos para los combatientes.
El acuerdo humanitario es un tema político y por eso no va, por eso tiene dificultades, porque Colombia vive una guerra fría, porque eso es la seguridad democrática, es la negación de la política, es la guerra por otros medios.
Los enfrentados se babean por resolver el problema en la guerra: rescate a sangre y fuego para unos, o ejecución en medio del rescate, para los otros. Se sueñan con ese video.
Políticamente las partes enfrentadas son responsables de la vida y la libertad de los secuestrados. La omisión de un acuerdo humanitario los hace responsables de sus efectos. Negar la existencia del conflicto armado interno es una coartada para negar la responsabilidad política.
Si el destino de Íngrid es el destino de Colombia, es decir, una Colombia agotada por la guerra, cansada de reclamar la dignidad de la vida, terminaremos “selva adentro” exigiendo la dignidad de la muerte.
Medellín, 4 de diciembre de 2007
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
Deep inside the Jungle
Here all of us live dead
Ingrid Betancourt
By
Rafael Rincón Patiño*
Ingrid Betancur’s letter, more than a testimony, is the last will and testament of a person who lives dead in the middle of the jungle. An ex presidential candidate who has spent almost six years now kidnapped, and who the parties involved care about because her life is on the French agenda.
Ingrid, exhausted, leaves her family her love, France her gratitude, Colombia her desires. The letter-will declares that life is the first thing, the real ‘unmovable’, and that life should be the foundation. Life is the key to our destiny.
But it isn´t for Ingrid, or the rest of the kidnapped, and thus, in their case, ¨here we live dead” and “happiness is sad”, as Ingrid’s verdict in the letter to her loved ones claims. It is very difficult to write this, but Colombia itself is a country in which the dead speak. Ingrid´s letter is the turning point for President Uribe and the FARC guerrilla. Their lot will follow Ingrid´s lot.
The route to political responsibility lies in its ends and means. This route legitimates peace and democracy, or the common good, as altruistic goals. Thus, to have less homicides is in itself a desirable end, but it stops being so when the means used to reach this end are the paramilitary’s force, intimidation, threats, extortion and blackmail. On the contrary, these then become tainted results. Peace in the labor sphere can also not obtained by killing out trade union leaders.
The humanitarian agreement is a means through which to achieve a precise, specific end. The humanitarian agreement is a road map for the kidnapped to recover their freedom, and for the pain of the victims to cease. It is an immediate end, but this does not make it any less valuable.
The protagonists of the humanitarian agreement in Colombia are the combating parts. The actors of the armed conflict are the parties at war. The humanitarian agreement is a complementary resource, because it is a main obligation (ethical, juridical and political) in International Humanitarian Law, the obligation that the Revolutionary Armed Forces of Colombia FARC have: to release their hostages.
In her personal letter, Ingrid Betancourt states that the issue of the people held kidnapped is a politically incorrect one. The hostages are politically incorrect for the combatants.
The humanitarian agreement is a political issue and this is why it is stagnated, and why it faces so many difficulties. Colombia is suffering the effects of its ‘cold war’. This is what democratic security is about: it is the negation of politics, it is war through other means.
The clashing parties are both panting to solve the problem through war: this implies storming in to rescue the hostages under fire, for one of the sides, or executing the hostages in the middle of such a rescue, for the other side. Both parties are dreaming, fantasizing over making this video.
Politically the clashing parties are responsible for the life and freedom of the hostages. The omission of a humanitarian agreement makes them also responsible for the effects that this not reaching an agreement has. Denying we have an ongoing internal armed conflict is an alibi to deny political responsibility.
If the destiny of Ingrid Betancourt is the destiny of Colombia, that is, a country ravaged and burnt out by war, exhausted of vindicating the dignity of life, we will all end up ¨in the middle of the jungle¨ demanding the dignity to die.
Medellín, December 4 2007
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
Rafael Rincón Patiño*
Ingrid Betancur’s letter, more than a testimony, is the last will and testament of a person who lives dead in the middle of the jungle. An ex presidential candidate who has spent almost six years now kidnapped, and who the parties involved care about because her life is on the French agenda.
Ingrid, exhausted, leaves her family her love, France her gratitude, Colombia her desires. The letter-will declares that life is the first thing, the real ‘unmovable’, and that life should be the foundation. Life is the key to our destiny.
But it isn´t for Ingrid, or the rest of the kidnapped, and thus, in their case, ¨here we live dead” and “happiness is sad”, as Ingrid’s verdict in the letter to her loved ones claims. It is very difficult to write this, but Colombia itself is a country in which the dead speak. Ingrid´s letter is the turning point for President Uribe and the FARC guerrilla. Their lot will follow Ingrid´s lot.
The route to political responsibility lies in its ends and means. This route legitimates peace and democracy, or the common good, as altruistic goals. Thus, to have less homicides is in itself a desirable end, but it stops being so when the means used to reach this end are the paramilitary’s force, intimidation, threats, extortion and blackmail. On the contrary, these then become tainted results. Peace in the labor sphere can also not obtained by killing out trade union leaders.
The humanitarian agreement is a means through which to achieve a precise, specific end. The humanitarian agreement is a road map for the kidnapped to recover their freedom, and for the pain of the victims to cease. It is an immediate end, but this does not make it any less valuable.
The protagonists of the humanitarian agreement in Colombia are the combating parts. The actors of the armed conflict are the parties at war. The humanitarian agreement is a complementary resource, because it is a main obligation (ethical, juridical and political) in International Humanitarian Law, the obligation that the Revolutionary Armed Forces of Colombia FARC have: to release their hostages.
In her personal letter, Ingrid Betancourt states that the issue of the people held kidnapped is a politically incorrect one. The hostages are politically incorrect for the combatants.
The humanitarian agreement is a political issue and this is why it is stagnated, and why it faces so many difficulties. Colombia is suffering the effects of its ‘cold war’. This is what democratic security is about: it is the negation of politics, it is war through other means.
The clashing parties are both panting to solve the problem through war: this implies storming in to rescue the hostages under fire, for one of the sides, or executing the hostages in the middle of such a rescue, for the other side. Both parties are dreaming, fantasizing over making this video.
Politically the clashing parties are responsible for the life and freedom of the hostages. The omission of a humanitarian agreement makes them also responsible for the effects that this not reaching an agreement has. Denying we have an ongoing internal armed conflict is an alibi to deny political responsibility.
If the destiny of Ingrid Betancourt is the destiny of Colombia, that is, a country ravaged and burnt out by war, exhausted of vindicating the dignity of life, we will all end up ¨in the middle of the jungle¨ demanding the dignity to die.
Medellín, December 4 2007
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
15 comentarios:
Ramón Sampedro, en Mar adentro, pidió la dignidad de la muerte. ígrid no la pide pero ya la espera.
Mario
¡¡ Dolorosamente... excelente artículo !!
Nos estamos muriendo vivos. Puede más la venganza del presidente que la voluntad de las víctimas.
Ellos siguen con la bandera de No al despeje.
Creen que el acuerdo humanitario es entregarle el país a la guerrilla, creen que van a ganar la guerra.
Dr. Rafael, una reflexión profunda. ¿Será que así estamos? ¿Sí cree usted que Íngrid se muera en la selva?
Qué tal ! De acuerdo con Usted. El secuestro es un delito atroz, que viola cualquier principio de quiénes dicen defender intereses mayoritarios. Ninguna causa justifica el delito del secuestro, a mi modo de ver y de ser. Pero, tampoco, porqu esto se aasí, y dadao que ya se cometió la atrocidad, se justifica que se cierren las puertas a la posibilidad de la liberación.
Leí apartes d ela carta de Ingrid Betancur, que circuló por correo electrónico. Me deprimí dos días enteritos: no pude trabajar. Es la voz de todos los secuestrados, afortunadamente expresados por aquella persona por la cual ellos se han convertido en voz populi: sería igual si no estuviera Ingrid secuestrada? Por qué los soldadios y policías y civiles, no son mencionados por las altas esferas d ela política? son secuestrados por categorías, así como hay muertos por ccategorías sociales. No me cabe en la cabeza la intransigencia d elas partes; ya varios gobiernos han hecho un alto en sus políticas antisubversivas, para poder lograr la libertad de los secuestrados: hasta Gaviria, con su legislación antinarcos, para liberar a su hermano, envió al "mejor policía del mundo", infringiendo todo lo que para otros ciudadanos se castigó (caso René Higuita).
Las Farc son así. Los colombianos conocemos sus actitudes y acciones. Uribe es así, los colombianos lo conocemos, pero siendo el presidente d ela República, digo en mi ignorancia, debe cumplir el derecho constitucional de garantizar la vida y honra de los colombianos, pues los bienes de los que los poseen, bastante los preserva y aumenta. Queobstinación por mosstrar, cada parte, "que tiene pantalones", como dice la gente a quien le gusta Uribe. De qué valen los pantalones, las pataletas, los discursos subidos, los términos descalifuicadores, si no se garantiza la vida de los colombianos. Por mi parte, que le presidente se suba sus pantalones hasta el cuello, pero que se aprete la correa ahí mismo a ver si de pronto se siente como nos sentimos todos, como se sienten los secuestrados y sus familias: ahogados y si poder respirar una nueva vida.
Gracias por hacerme llegar El Yesquero. Espero que algún día, no muy lejano, podamos ver a las familias juntas, sin cadenas, celebrando la liberación de sus seres queridos.
Saludos,
Hernando Mejía Díez
Excelente artículo. Debo confesar que el hecho conmueve y obliga a otros compromisos y mayores frente al tema humanitario. No puede haber nada ni por encima, ni al lado del compromiso mínimo por lo humano.
IVAN DARIO RAMIREZ
Doctor Rafael, buenos días.
Aunque apartes de estos conceptos se han dicho de manera aislada, en su conjunto es el escrito más centrado y coherente de los que he leído y escuchado sobre el tema.
Al margen del artículo, lo grave es que percibo un pueblo (el Colombiano en su expresión de conjunto) o demasiado polarizado o demasiado endeble e incoherente para asumir con responsabilidad y comprometerse por un cambio. Somos tan frágiles y tan sujetos a la doble moral (¿será por la influencia del norte? ¿O la de los españoles?) que nos inclinamos hacia el lado al que nos creemos más seguros o al que menos esfuerzo tengamos que realizar (la parte natural del Homo Sapiens).
Como considero que usted es persona idónea por su formación e inteligente por lo que he conocido, me gustaría saber su concepto sobre lo expresado en el párrafo anterior (si tiene algo de tiempo)
Feliz día y muchas gracias por sus artículos.
Cordialmente,
Héctor E. Sánchez.
P.D. Creo en otras salidas; pero todas de largo plazo. Al igual que la educación y el progreso, pienso que la solución de nuestros problemas no tiene atajos.
saludo cordial, el día de ayer lei lo que parece ser la carta de Ingrid, sin embargo en el desarrollo de la carta entre paréntesis hacen referencia al resumen de dicha carta, me gustaría leer la carta en su "totalidad" o más bien la que nos dejaron conocer, sí ustedes tienen este escrito de vida por favor me la pueden compartir.
En una parte de la carta hace alusión a un diccionario o enciclopedia que ella ha venido solicitando por un par de años, lo que da entender que ella no esta solo cautiva físicamente, sino también mentalmente. "No quieren que piense"
LA TIERRA DE NUNCA JAMAS.
Rafa
YQ Mayor
Mire hermano, con el Presidente Uribe el futuro es opaco en materia de Acuerdo Humanitario. Se necesita toda la Presión del Planeta para que él, todo Omnipodo y que se cree Perfecto cambie.
Su Terquedad no lo deja ver a un Comisonado Inoperante con una Dialéctica Desgastada con la que sigue adelgazando el Erario con viajes insulsos, sin ser un Interlocutor válido para la Insurgencia.
Ya son 5 años de bla...bla...bla y cero resultado. Un Proceso Amorfo y lleno de Improvisaciones con los Paras es lo único que tiene para mostrar.
Otro gallo cantó cuando el hermano de Gaviria fue plagiado. Hasta el ilustre Policía Serrano se ofreció en Canje y Mediador. Esas diferencias configuarn un Panorama Desesperanzador.
Orlando EMR
MUY BUENO TU ARTICULO, QUE DIOS TE BENDIGA Y CUIDE
JORGE
Pero, Rafa, me asalta una duda... si las FARC liberan a los secuestrados, que es lo que todos queremos, con qué arma quedan para evitar el ataque frontal del gobierno?
Pensar esto me hace sentir escalofrío, porque caigo en cuenta que los secuestrados han sido, son y seguirán siendo el principal escudo de los secuestradores...
Hermano, si tú, que tienes una visión tan amplia e inteligente de la problemática, me puedes sacar de este gran susto, te agradezco de antemano cualquier comentario al respecto.
Es decir, Rafa, la mamadera de gallo de las FARC no sería una herramienta momentánea, sino una política de combate!!!
Ricardo
¿HASTA CUÁNDO?
¿Condenados a muerte por estancamiento’
Presidentes desde la legalidad; “Don” Manuel, “Don” Carlos y ahora “Don” Mancuso desde la ilegalidad, nos han dicho que están ganando o que van a ganar y que ninguno está perdiendo una guerra de la que siempre fuimos ajenos. En 40 años hemos visto nacer y reinsertar movimientos guerrilleros, para-militares y toda clase de combinación de éstos con muchas de las figuras del código penal, pero nunca, nunca, hemos tenido la certeza de acabar el conflicto o la guerra civil no declarada o el conflicto interno, o como se le quiera llamar.
Lo único cierto es que vivir así nos ha significado miles de vidas de uno y otro bando, y millones de personas sin bando; miles de heridos físicos y morales, y odios por más de dos generaciones. Nos ha costado incontables billardos o cuadrillones de pesos, para no hablar sino de dos aspectos en los cuales habitualmente se centra la atención.
Tenemos que romper el círculo. El conflicto nos atañe a todos aunque no seamos combatientes, pero si nos involucra. La inercia nos ha llevado a ser marionetas de los intereses en juego. Para tratar de finiquitar la guerra creo en el poder del pueblo, en nombre de quien se habla por todos los actores de la guerra. Para empezar a terminarla sugiero iniciar un “referendo” particular, popular, ordenando el cese al fuego, el inicio de negociaciones, la libertad inmediata de todos los secuestrados y el juzgamiento con la ley de justicia y paz de todos los que se acojan a la legalidad.
Si fue posible que 7 millones de papeletas dijeran adiós a la constitución del 86, la revocatoria del Congreso y el nacimiento de un nuevo país, ¿cómo podrían oponerse a 20 millones de firmas estampadas por la libertad, el cese inmediato de hostilidades y la reconciliación nacional? ¿Podría la comunidad internacional ser ajena a un llamado tan claro?
¿Y los secuestrados?
En conjunto con la anterior iniciativa, hay que buscar alternativas para permitir el retorno de los que están en cautiverio. La situación es dramática y no podemos permanecer impasibles. Propongo que mientras de desenvuelve el referendo por la libertad, un grupo de personas nos permutemos físicamente por cada uno de con los actuales retenidos por las FARC. De esta manera daremos una oportunidad y un alivio inmediato a las penurias del cautiverio. No quiero pensar a lo que nos exponemos pues si lo hago me arrepiento.
Podemos llegar desde Venezuela, desde Francia o desde nuestra casa. Podemos reunirnos en la frontera de los países hermanos y trasladarnos a medida de la liberación a donde sea señalado.
¿Será que si quieren dejarlos en libertad? ¿Será que nos permiten buscarles la libertad?
Y los otros que?. La ventaja de ser de la oligarquia de este pais. Ingrid es Colombiana y Francesa, fue candidata. Todos estan tristes, hay despliegue de t.v, prensa y radio. Los indios, los obreros, los pobres, como el hijo del profe Moncayo, quien tuvo que recorrer medio pais, ir a europa, Cuba y hasta Venezuela. Por los medios no se preocupan de los pobres que también estan secuestrados, de los que sigue masacrando la guerrila y los paras y el ejercito. Los que llevan ya 10 años de esos quien habla?
¿Inamovibles? En esta tierra todo se mueve. ¿o no?
Preguntón
El presidente no se quiere dejar sacar del juego. Hará todo lo que esté a su alcance para jugar. Chávez y Piedad ya están out. Gracias por lo que hicieron. Les podrá dar juego las Farc pero no el presidente. Ahuequen pues.
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