el yesQuero
Columna de análisis y crítica política
www.elyesquero.blogspot.com, elyesquero@gmail.com
No. 124, Medellín, Colombia
El dueño de la cuchara
Por
Rafael Rincón (*)
Con la frase “los dineros públicos son sagrados” algunos gobiernos municipales (Medellín, Manizales, Buenaventura) y algunas instituciones (Cámara de Comercio de Cali, Pontificia Universidad Javeriana de Calí) abanderan una estrategia anticorrupción con argumentos confesionales propios de la edad media. Pretenden conjurar el llamado “fenómeno” de la corrupción administrativa, aquella tipificada en los códigos penales, haciéndole creer a la gente que lo público es de Dios, que lo sagrado es incorruptible.
La estrategia de sacralizar los bienes públicos en estos tiempos obedece más al deseo de poner bien alto, en el cielo, los recursos públicos y hacerlos inalcanzables para algunos corruptos. Quizás, dirán los autores de este ardid, si lo público está cerca de Dios los corruptos no se atreven a tocarlo por respeto o por temor a incurrir en un pecado. Parece que el corrupto le teme más al escándalo, al pecado que a la cárcel o a la infracción de la ley.
Y es que el “fenómeno” de la corrupción, que ya es una normalidad, se mueve entre el derecho y la moral. Para algunos la corrupción sólo es aquella definida en los códigos y declarada por los jueces -Una corrupción positivizada- para otros la corrupción tiene muchas más formas que las tipificadas conductas de peculado o celebración indebida de contratos públicos. Los primeros, los positivistas, persiguen con cárcel, embargo de bienes o inhabilidades a los corruptos; los segundos lo hacen con escándalos y escarnio público.
Lo grave es que el presupuesto sacralizado se vuelve tan venerable que pierde la calidad de humano, se vuelve sobrehumano y entonces se hace inalcanzable para el gasto social, pero eso sí queda a la mano de quienes lo endiosaron, los privatizadores y de todos aquellos que argumenten que van a generar empleo o ingresos.
Y ahí es donde aparecen otras formas de apropiarse de lo público que no son consideradas corrupción, que no aparecen por ningún estatuto penal y que no generan escándalo. Por ejemplo, cuando los dineros públicos se aplican para mejorar el atrio de la iglesia del barrio El Poblado en Medellín (un particular en este caso) no es calificado como un acto de corrupción, cuando la práctica de hacer obras para valorizar bienes privados es realmente un modo de ganar indulgencias con padrenuestros ajenos, la cual es una muy buena definición de la palabra politiquería.
En Medellín lo sagrado ha sido un fracaso contra la corrupción. Las vírgenes incrustadas en las estaciones del Metro no han dado luces para saber que pasó con las investigaciones disciplinarias, fiscales y penales que se originaron con la construcción del Metro y que obligan a la ciudad a pagar una deuda a ochenta años y al Departamento de Antioquia a pignorar parte de sus rentas. Las vírgenes con la “cultura Metro” son un manto de impunidad contra la corrupción.
Y es que esa estratagema premoderna de dejarle a Dios el cuidado del presupuesto público no ha calado contra la corrupción en Colombia. Los santos no han sido buenos cuidanderos de los impuestos y las contribuciones, además hay santos que se han rajado en demasía y debería cuestionarse su canonización, a San Judas Tadeo por ejemplo le ha ido muy mal como líder del empleo.
Nada más sospechoso que una biblia abierta en una oficina pública, el fervoroso exhibicionismo de una creencia religiosa levanta muchas suspicacias: algo estarán tapando o algo estarán encubriendo o algo se estarán robando. En un Estado moderno los dineros públicos no son de Dios, son Res Pública son dineros de todos y de todas.
Desde niños lo sagrado ha sido un cuento eficaz para timar: “una cucharadita para el niño y otra para Dios, una cucharadita para el niño y otra para Dios”, y, ¿saben quién era Dios? El dueño de la cuchara.
Medellín, 18 de octubre de 2006
(*) Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas Corpus
Rafael Rincón (*)
Con la frase “los dineros públicos son sagrados” algunos gobiernos municipales (Medellín, Manizales, Buenaventura) y algunas instituciones (Cámara de Comercio de Cali, Pontificia Universidad Javeriana de Calí) abanderan una estrategia anticorrupción con argumentos confesionales propios de la edad media. Pretenden conjurar el llamado “fenómeno” de la corrupción administrativa, aquella tipificada en los códigos penales, haciéndole creer a la gente que lo público es de Dios, que lo sagrado es incorruptible.
La estrategia de sacralizar los bienes públicos en estos tiempos obedece más al deseo de poner bien alto, en el cielo, los recursos públicos y hacerlos inalcanzables para algunos corruptos. Quizás, dirán los autores de este ardid, si lo público está cerca de Dios los corruptos no se atreven a tocarlo por respeto o por temor a incurrir en un pecado. Parece que el corrupto le teme más al escándalo, al pecado que a la cárcel o a la infracción de la ley.
Y es que el “fenómeno” de la corrupción, que ya es una normalidad, se mueve entre el derecho y la moral. Para algunos la corrupción sólo es aquella definida en los códigos y declarada por los jueces -Una corrupción positivizada- para otros la corrupción tiene muchas más formas que las tipificadas conductas de peculado o celebración indebida de contratos públicos. Los primeros, los positivistas, persiguen con cárcel, embargo de bienes o inhabilidades a los corruptos; los segundos lo hacen con escándalos y escarnio público.
Lo grave es que el presupuesto sacralizado se vuelve tan venerable que pierde la calidad de humano, se vuelve sobrehumano y entonces se hace inalcanzable para el gasto social, pero eso sí queda a la mano de quienes lo endiosaron, los privatizadores y de todos aquellos que argumenten que van a generar empleo o ingresos.
Y ahí es donde aparecen otras formas de apropiarse de lo público que no son consideradas corrupción, que no aparecen por ningún estatuto penal y que no generan escándalo. Por ejemplo, cuando los dineros públicos se aplican para mejorar el atrio de la iglesia del barrio El Poblado en Medellín (un particular en este caso) no es calificado como un acto de corrupción, cuando la práctica de hacer obras para valorizar bienes privados es realmente un modo de ganar indulgencias con padrenuestros ajenos, la cual es una muy buena definición de la palabra politiquería.
En Medellín lo sagrado ha sido un fracaso contra la corrupción. Las vírgenes incrustadas en las estaciones del Metro no han dado luces para saber que pasó con las investigaciones disciplinarias, fiscales y penales que se originaron con la construcción del Metro y que obligan a la ciudad a pagar una deuda a ochenta años y al Departamento de Antioquia a pignorar parte de sus rentas. Las vírgenes con la “cultura Metro” son un manto de impunidad contra la corrupción.
Y es que esa estratagema premoderna de dejarle a Dios el cuidado del presupuesto público no ha calado contra la corrupción en Colombia. Los santos no han sido buenos cuidanderos de los impuestos y las contribuciones, además hay santos que se han rajado en demasía y debería cuestionarse su canonización, a San Judas Tadeo por ejemplo le ha ido muy mal como líder del empleo.
Nada más sospechoso que una biblia abierta en una oficina pública, el fervoroso exhibicionismo de una creencia religiosa levanta muchas suspicacias: algo estarán tapando o algo estarán encubriendo o algo se estarán robando. En un Estado moderno los dineros públicos no son de Dios, son Res Pública son dineros de todos y de todas.
Desde niños lo sagrado ha sido un cuento eficaz para timar: “una cucharadita para el niño y otra para Dios, una cucharadita para el niño y otra para Dios”, y, ¿saben quién era Dios? El dueño de la cuchara.
Medellín, 18 de octubre de 2006
(*) Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas Corpus
11 comentarios:
Recibido. La creatividad de los corruptos, le ha ganado a la creatividad para controlarlos. Será que hay aprendizajes ahí, que no vemos y que de pronto no sabemos cómo enfrentar?
Constanza
Rafael:
He sido lector de sus artículos y pese a lo críticos… siempre me han parecido interesantes e importante su lectura.
En este caso, no puedo evitar hacerle un comentario:
Me parece muy rebuscada su crítica en esta oportunidad.
Creo que el sentido que tiene la frase “los dineros públicos son sagrados”
Hace más referencia a la importancia que debemos dar en su cuidado, al esfuerzo por encontrar caminos, formas de garantizar que no se malgasten
y no tanto a que se entregue a Dios su cuidado…
Y rebuscado también el ejemplo del atrio de la Iglesia del poblado… que más que atrio es un anden… por donde circulan los creyentes y no creyentes…
Ojo maestro:
No me le baje la profundidad a sus artículos…
MIGUEL ANGEL RESTREPO BRAND
Sobre el tema hay mucha tela que cortar, creo que la corrupción va mucho mas lejos de lo que culturalmente identificamos. Saludos
Ramiro Uribe Piedrahita
He sido un respetuoso y juicioso lector de sus artículos, los cuales la mayoría he compartido. Pero esta vez creo que sus evidentes perjucios religiosos lo han llevado a confurdir las cosas y por esta vía a atacar una iniciativa ciudadana muy bien intencionada.
Claro que todo esto resyulta entendible en este contexto de posmodernidad en tiempos en los que estúpidamente todo parece haberse vuelto un problema de lenguage.
BUENA ESA RAFAEL NI POR QUE PRESAGIARAS LA CARICATURA DEL COLOMBIANO DE HOY JUEVES 19
Y COMO REMEDIAR TANTA TANTA SABIENDO QUE SE ES CORRUPTO HASTA QUE SE QUIERA O HASTA QUE LO COJAN ,DISTINTO AL LADRON HASTA QUE PUEDA
JORGE
Octubre 17 de 2006
Auxiliares de tesorería de Alcaldía de Medellín habrían desviado 697 millones de pesos a sus cuentas
Foto: Javier Agudelo / EL TIEMPO
Los robos en la Tesorería de Medellín obligaron a la Administración a afilar los mecanismos de control sobre las cuentas de la ciudad.
Según la Fiscalía, una de las funcionarias se apropió de recursos que estaban destinados al pago de la nómina y también de liquidaciones. Otra hizo lo mismo con dinero de los proveedores.
Una mala liquidación a una cuenta de Alonso Salazar, ex secretario de Gobierno y actual candidato a la Alcaldía de Medellín, y una serie de anónimos fueron claves para que las autoridades de la ciudad descubrieran los casos.
Según la Fiscalía, desde hacía seis años, la auxiliar administrativa de la Tesorería de Medellín Gladis Omaira Galeano Franco, vinculada al Municipio desde 1988, comenzó a desviar dineros de la nómina pública de los 19.500 empleados, jubilados y obreros, a cuentas personales. Se apropió de 625 millones de pesos.
Y Diana Cecilia Zapata Mejía, también auxiliar administrativa de la Tesorería y quien estaba vinculada a la entidad desde 1998, desvió 72 millones de pesos desde el 2003 a sus cuentas, dinero que estaba destinado a pagar a proveedores.
EL TIEMPO supo que en el caso de Galeano, su modus operandi era sencillo: gracias a sus 18 años de vinculación con la ciudad y a su buena gestión, se ganó la confianza de sus superiores para que le entregaran el control de la nómina pública.
"Ella mandaba al banco una relación de pagos en la que sacaba entre 20 y 25 mil pesos para consignar en cuentas personales como aportes especiales. Como a la Alcaldía solo llegaba el reporte global de la consignación que se hacía en la cuenta nómina, el robo era imperceptible", dijo un investigador de la Fiscalía.
Además de la nómina, Galeano también robaba parte de las liquidaciones de los empleados. Uno de los últimos afectados fue el propio ex secretario de Gobierno Alonso Salazar, quien no se explicaba la ausencia de dos millones y medio de pesos en su liquidación. "Yo tenía días pendientes por pago y no aparecían. Fui a hacer el reclamo y nos dimos cuenta del robo", contó Salazar.
También a proveedores
En el caso de Zapata Mejía, los investigadores establecieron que desde el 2003 la funcionaria desvió a sus cuentas, a través de la manipulación del sistema de pagos de la Tesorería, dineros que iban dirigidos al pago de proveedores. Se supo que hacía aparecer los dineros desviados como impuestos generales. Fue descubierta gracias a un anónimo que llegó a la Fiscalía.
"Son casos que duelen porque son dineros públicos. Ya se tomaron los correctivos necesarios para evitar que estos hechos vuelvan a ocurrir", aseguró la secretaria General de Medellín, Clara Luz Mejía.
Mientras Galeano se acogió a sentencia anticipada y podría recibir una pena de entre 9 y 15 años por peculado por apropiación y falsedad en documento público, Zapata Mejía fue cobijada con medida de aseguramiento por los mismos delitos.
JUAN DAVID CORREA L.
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MEDELLÍN
12 Comentarios
12. Por Diego73 - MIÉ 18 OCT 2006 08:11 AM.
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Que saquen la foto de ambas para que en Medellín les hagamos lo mismo que a Edith Urrego (la de la vajilla de los 100 millones) que no pudo volver a salir a la calle porque en todos lados la abucheaban.
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11. Por Diego73 - MIÉ 18 OCT 2006 08:06 AM.
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Espero que Sergio Fajardo aproveche este caso para decretar la muerte laboral y social de estas 2 ladronas y dar un ejemplo drástico contra la corrupción. Y que todos a los que les robaron los 20 o 25 mil pesitos en cada cuenta de cobro se los devuelvan y si no que denuncien. Si en alguien debería poder confiar uno es en el estado pero aquí es imposible. Que se vengan más investigaciones porque tiene que haber mucho más, estoy seguro.
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10. Por paisadecorazon - MIÉ 18 OCT 2006 08:02 AM.
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Mucho estupido este parraboesemberg, si los paisas somos los que no hemos dejado que este pais sea un caos, o imaginense que no existiera la berraquera y la inteligencia paisa. mucha la envidia que manejan...pobrecitos...
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9. Por gerosno - MIÉ 18 OCT 2006 07:54 AM.
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y esa buena gestion debe estar suscediendo en todos los cargos del gobierno nacional y sino investiguen esperemos ahora se recuperen los dineros y no los trasladen via impuestos a todos los ciudadanos porque seguros fueron investidos a traves de testaferros familiares
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rores
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Señor Rincón:
Sigo atenta su columna del yesquero, critica, analisís, hojas en blanco para enriquecer la moral del hombre. Cuanto suicidio en esta sed elutiva, Cuanto mundo en estas manos que el humano destruye. Puedo ser un ángel al caer la noche. Ahi le envio unos poemas de mi autoria, lanzalos al vacío, ruedelo en una pared extraña o publicemelos en un periódico de Medellín, o envielos a la revista Prometeo, ya que desconozco su e-mail. Puede ser parte de algo suyo, o de cualquier visitante que entre a analizar las cosas como usted.
Alba Rosa Ramírez. Pequeña poeta que aún nadie desconoce.
Dejad a los hombres
la orilla del misterio
paraísos al pie de sus huesos
noches para cazar buitres
cerca del ruido de las voces
Si alguien condena el silencio
quién sabrá de la imposibilidad del día
Dejad algo de rostro a los sedientos
la sombra del circulo en esta inmensa tierra
Cuantas cosas dejaran su lugar
en el fondo de lo azul
Y yo ausente atrapare la inmensidad
ahora la oscuridad está en mis ojos
APOCALIPSIS IRREAL
Nadie conoce
La estación del tiempo
Los limites de la realidad
Nadie llega de muy lejos
Con los bolsillos vacíos
Todo es victima a veces
en la hoja de la invisibilidad
Incansable sea lo que puedas poseer
Ya nadie conoce las cosas de este mundo
Tal vez muera en la hora señalada
El fin es necesario que nunca se acabe
ALBA ROSA
Hola Rafael:
Usted ya nos tiene acostumbrados, hermano, a mirar el mundo a través de su lúcida mirada, que es particularmente perspicaz para pillarse vainas o enfocar los temas desde ángulos impensados, pero con "El dueño de la cuchara" rebasó las fronteras que le conocíamos. Extraordinario. Qué desvestida tan bacana le pegó a la farisaica moda inaugurada por Mockus de declararle guerra santa a la corrupción, develando no sólo su anacronismo y su ineficacia, sino el efecto contrario que llega a producir cuando encubrir en olor de santidad los grandes robos (Metro). Lo felicito, viejo.
luis javier
En vez de desgastarse 2 o 3 días escribiendo semejante vagabundería, debería utilizar ese potencial para crear su propio negocio, generar empleo, propiciar la educación, y tantas otras actividades que CONSTRUYEN un país y un Estado grande, pujante y lleno de esperanza para las nuevas generaciones. Destruir y atentar contra la institucionalidad no lleva a nada bueno... lo invito señor comunista a aprender de la disciplina y el tezón chino... y a repudiar las metodologías paquidérmicas y populistas de ciertos líderes de países vecinos.
La corrupción se combate con educación y con una mano firme del estado. La primera necesita capital, que se obtiene con el desarrollo económico del país y el aumento de su competitividad, el segundo, se obtiene con unas instituciones militares y policiales bien estructuradas y responsables en sus actos. Creo que vamos por el camino adecuado, y si, corrupción hay, pero se combate desde la institucionalidad y el respeto al orden Estatal.
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