el yesQuero No. 109
Columna periodística de análisis y crítica política
Dirección electrónica: elyesquero@gmail.com; www.elyesquero.blogspot.com; Medellín, Colombia


La vajilla servida

Por
Rafael Rincón (*)

La privatización de las empresas públicas fue una de las recetas formuladas por el llamado Consenso de Washington[1]en la década del noventa para lograr la eficiencia del sector público y para remediar la corrupción en el Estado. Sin embargo, el Consenso de Washington, fundado en la disciplina macroeconómica y en la liberalización del comercio exterior, perdió consenso en América Latina por ser un generador de desigualdad e injusticia.

El desprecio por las instituciones públicas, el carácter residual de la política social, la estigmatización de la clase política y la sobre valoración de la capacidad del sector privado fue el perfil de la fórmula colonial del sistema financiero para encontrar el camino hacia la tierra prometida.

En Medellín la administración municipal del alcalde Sergio Fajardo partió desde su campaña forjando el descrédito de la clase política y de promover la incapacidad de la misma para la gestión de los servicios públicos domiciliarios. A los seis meses de posesionado, con plan de desarrollo apenas aprobado y presupuesto municipal de la administración anterior, sus mentores ya hablaban de “La revolución de Fajardo”,[2]los mismos que se beneficiarían dos años después con la venta del 50% de Orbitel en USD 85 millones, una empresa de telecomunicaciones mixta fundada en el decadente negocio de la larga distancia.

La autorización del Concejo municipal al alcalde Fajardo para la escisión de la Unidad Estratégica de Negocios de Telecomunicaciones (UEN Telecomunicaciones) de las Empresas Públicas de Medellín (EPM) dejó la bandeja servida. El patrimonio público de los medellinenses quedó a merced de los empresarios de confianza del nuevo alcalde, quienes precisamente no llegaron a la Junta Directiva de la nueva empresa mediante la “cacaraqueada meritocracia”, sino mediante la cuestionada y manida politiquería.

Mediante el Acuerdo 45 de 2005 el Concejo de Medellín confirió facultades al alcalde Sergio Fajardo para adelantar la escisión de la UEN de telecomunicaciones y constituir una nueva empresa por acciones con todas las filiales en donde EPM tenga participación.

En otras palabras, el mercado (léase los particulares que promovieron la “escisión”, eufemismo utilizado para esconder la privatización) sabe que EPM comprará todas las cuotas partes de las que no es dueña para poder hacer efectivo el mandato otorgado.[3] Los vendedores ya le conocen las ganas al comprador y harán su negocio a costillas del ahorro público de los antioqueños.

Y como el pastuso que vendió el marranito en un millón de pesos, pero se lo pagaron con dos gallinas de 500 mil, el municipio de Medellín estará recibiendo rancios y contingentes negocios de telecomunicaciones a cambio de la certeza del dinero en mano sustraído de la llamada “joya de la corona”.

Y es que el municipio en dos años ha jugado con las llamadas contingencias. Primero, consideró acertado desistir de una contingencia, la demanda contra ISA e ISAGEN, con una pretensión de $610 mil millones, para arreglar una deuda con la nación y recuperar el crédito del municipio; y ahora, al contrario considera acertado asumir una contingencia, hacerse dueño del 100% de Orbitel porque tiene nueva tecnología (WiMAX[4]) que será la tecnología-lotería que se ganará la ciudad en el mercado de las telecomunicaciones.

Y será una lotería que, dudosamente, no se quisieron ganar los vendedores del grupo Santodomingo. Según la gerencia de EPM los ingresos, de esta empresa que hoy reporta pérdidas, serán en el 2008 de $109.650 millones y de $459.743 en el 2013. ¡Qué maravilla!

El futuro de EPM Telecomunicaciones es un reto que ya no está en manos del Concejo Municipal, está en manos de una junta directiva nombrada a dedo por el alcalde Sergio Fajardo sin la presencia de un solo representante de los usuarios como lo ordena la ley, y sin ningún proceso “meritocrático” distinto al de haber participado en sus campañas.

Referencias:

Stiglitz, Joseph A.: “El rumbo de las reformas: hacia una nueva agenda” en Más allá del Consenso de Washington: una agenda de desarrollo para América Latina. Publicación de Naciones Unidas. 2005

Medellín, 4 de julio de 2006

(*) Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas corpus

[1] Consenso de Washington es el nombre que se le da al acuerdo entre los órganos multilaterales de crédito (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), el gobierno de Estados Unidos, el grupo de los siete países desarrollados (G-7) y los veinte mayores bancos internacionales para diagnosticar la crisis latinoamericana y sobre las reformas que debían aplicarse.

[2] Revista Semana. 22-07-2004.

[3] Empresas en donde EPM tiene inversiones y debe comprar: Emtelsa, Telefónica de Pereira, OLA, Emtelco, Edatel, EPM Bogotá.

[4] WiMAX (World Wide Interoperability for Microwave Access: Interoperabilidad mundial para acceso por microondas). Es un estándar de transmisión inalámbrica de datos diseñado para ser utilizado en áreas metropolitanas o en zonas rurales donde se necesite la conectividad, proporcionando accesos concurrentes en áreas de hasta 48 kilómetros de radio y a velocidades de hasta 70 Mega bits por segundo, WiMAX es utilizada en las bandas del espectro radioeléctrico que van de la 3,3 a la 3,8 GHz y de la 5,7 a la 5,8 GHz.