el Candil No. 67
OBSERVATORIO DE DERECHOS Y CONFLICTO URBANO
Instituto Popular de Capacitación; Medellín, Colombia
www.ipc.org.co, correo: elcandil@gmail.com
MANTENER DISTANCIA
Por
Rafael Rincón
Analista
Una de las definiciones más usadas de corrupción es aquella que la entiende como el uso de recursos públicos para obtener ganancias privadas. Según este concepto hay corrupción cuando “un oficial (el agente) encargado de realizar una tarea para el público (el principal) se compromete en algún tipo de acto delictivo para el enriquecimiento privado, lo cual es difícil de monitorear por el principal”[1]
De esta típica definición de corrupción se deducen comportamientos como el peculado, la concusión y el cohecho, conductas mediante las cuales los autores hacen suyos los bienes del Estado o sacan provecho de su calidad de servidores públicos. Las ventajas que sacan son casi siempre económicas, pero también pueden ser políticas o de prestigio social.
Pero la corrupción tiene otras definiciones que permiten detectar otras modalidades de corrupción.
La organización mundial Transparencia Internacional, TI, afirma que la corrupción es “una falta al principio de mantener distancia” por el cual los agentes deben ser conscientes de que ningún tipo de interés ni relaciones familiares deben estar contemplados a la hora de tomar decisiones económicas, ya sea por parte de actores económicos o por funcionarios del gobierno”. [2]
De este entendimiento de la corrupción se derivan no sólo las modalidades que atentan contra el patrimonio público sino también formas como las inhabilidades, las incompatibilidades, las prohibiciones y los conflictos de interés.
El conflicto de intereses es una modalidad de corrupción que se da cuando una persona, como funcionario o empleado del sector público, es influenciado por consideraciones personales a realizar su trabajo y guarda silencio frente a su impedimento.
El nepotismo, que es el nombramiento de familiares en cargos del Estado, y el amiguismo, que se presenta cuando se dan preferencias a los amigos en el sector público, son formas de conflicto de intereses que pasan casi de agache en la administración pública. En estos casos los nominadores dejan en un segundo plano el interés general y le dan prioridad a su interés personal. [3]
La meritocracia ha sido una estrategia que intenta corregir esta debilidad.
El paraíso del nepotismo y el amiguismo mundial estuvo en Indonesia cuando el dictador Suharto, privilegiando a su familia y a sus amigos, logró amasar una fortuna de US $30 mil millones, mientras su pueblo moría de hambre.[4]
El conflicto de intereses en Colombia lo ilustra el Presidente Álvaro Uribe Vélez con la aprobación de la figura de la reelección inmediata. Al Presidente Uribe le faltó distancia para tramitar el Acto Legislativo No. 02 de 2004, mediante el cual se aprobó su reelección inmediata en el Congreso de la República. El Presidente Uribe no tuvo pudor en buscar su propia reelección, omitió el conflicto de intereses que se presentó, no diferenció su interés personal del interés general.
El Presidente incurrió en falta similar, conflicto de intereses, cuando, por un lado, en un foro de telecomunicaciones realizado en Medellín descalificó públicamente a la Empresa de Teléfonos de Bogotá, ETB, y por otro lado, convocaba a COLOMBIAMOVIL para que jugara en las grandes ligas del mercado de las telecomunicaciones;[5] y, además, se preparaba a realizar un preacuerdo entre Colombia Telecomunicaciones (TELECOM) y la multinacional mexicana TELMEX para hacerle competencia a sus anteriores “aconsejados”.[6] Comportamiento que se hizo evidente con la confesión desde el Palacio Presidencial de la difusión de correos electrónicos que subestimaban a la Empresa de Teléfonos de Bogotá.
Con este comportamiento de no mantener la distancia, olvida el ejecutivo, por decir lo menos, que es autoridad reguladora y que tiene el deber legal de conservar la imparcialidad.
Cuando no hay distancia no hay transparencia. Quien actúa sin distancias se ve obligado a guardar silencios, a hacer cálculos y finalmente a mentir, que es la manera privada de resolver el conflicto de intereses. Es ahí cuando se deja de llamar las cosas por su nombre y se inicia el tren de explicaciones no pedidas para justificar las decisiones que beneficiaran a los particulares.
Cuando se pierde la distancia se incrementa el riesgo de corrupción. El conflicto de intereses en el sector público se debe resolver a favor del interés general o a favor de los derechos fundamentales de las personas.
Finalmente los particulares también tienen el deber de identificar en sus códigos de buen gobierno empresarial la importancia de medir distancias y así eludir el conflicto de intereses sin generar daño a sus empresas o al Estado.
Medellín, 23 de agosto de 2005
[1] Shaim Alam, “Anatomy of corruption: An approach to the political economy of underdevelopment”. American Journal of economics and sociology. V.48, No.4, octubre 1989, pág. 441-456.
[2] Jeremy Pope, TI Source Book 2000. Confronting corrupction: The elements of a national Integrity System. Transparency International, Berlin, 2000, página 46. http://transparency.org/tilac/biblioteca/consultas/index.html
[3] Transparencia Internacional. “Conflicto de intereses, nepotismo y amiguismo”.
[4] ibídem.
[5] Foro de Telecomunicaciones realizado en el periódico EL COLOMBIANO. Agosto 2 de 2005.
[6] Boletín de prensa de la Presidencia de la República de agosto 23 de 2005. Se puede consultar en www.presidencia.gov.co
2 comentarios:
acabo de leer el artículo sobre corrupción y en coherencia con lo expresado en mi mensaje anterior, me gusta mucho el tratamiento que estás dando en estos nuevos temas. Ayer pensé que te vería en la sesión inaugural de la Càtedra Medellín que fue sobre el tema de Gobernar las ciudades, fue un buen hito fundacional de la Càtedra aunque flojita toda`´ia con las expectativas acdéimcas que tenemos los organizadores. La próxima es el 13 de septiembre de 6 a 8 de la tarde y el tema serà la cuestión urbana en Amèrica latina y problemáticas sociales urbanas.
Buen suerte,
ramòn moncada
Muy acertado el análisis, en especial con el conflicto de intereses del Presidente, se olió el doble juego, por un lado el Presidente es la CREG y por el otro es TELECOM.
José Luis Ochoa
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