EL CANDIL No. 41
Observatorio de derechos y conflicto urbano del IPC
www.ipc.org.co
DEJARSE VER SIN TENER QUE CORRER EL VELO
Por
Rafael Rincón
15 de febrero de 2005
La transparencia es una cualidad que se predica de los cuerpos translúcidos, o de las personas que se dejan adivinar o vislumbrar[1]. La transparencia en la administración pública ha estado referida especialmente a los procesos de contratación. En virtud del principio de transparencia los contratistas deben ser escogidos por licitación o por concurso.
En el plan de desarrollo municipal, Medellín compromiso de toda la ciudadanía, se incorporó la transparencia no sólo para los procesos de contratación, sino también para toda la gestión pública. Se propone el plan “Construir un sistema municipal de promoción al control social, que fortalezca las iniciativas de control ciudadano como las veedurías, y que de manera prioritaria promueva un ambiente de transparencia en la gestión y le permita a ciudadanos y ciudadanas un acceso eficaz y oportuno a la información sobre los asuntos públicos, para combatir la corrupción y la politiquería”.[2]
La percepción de transparencia en la contratación pública que fue incorporada en el Plan de Desarrollo y que sirve de línea base, es decir, de punto de partida para la medición de los resultados, es la percepción que los empresarios tienen del sector público.
Y a pesar de estar incorporada la transparencia como principio de gestión pública en la norma más estratégica de la actual administración, el Acuerdo 03 de 2004, las entidades descentralizadas como EDATEL, COLOMBIAMOVIL o como las EEPPM se niegan a entregar información. Ellas argumentan que es información estratégica o dicen que están regulados por leyes de derecho privado que les impiden entregar la información. Intentan escabullirse al control ciudadano y político.
Las rendiciones de cuentas son otra forma de ser transparentes. En la administración municipal actual van dos ruedas de prensa que llevan el nombre de rendición de cuentas. Sin embargo, siguen siendo más cuentos que cuentas, más proyecciones y promesas que un estado de resultados. Se le saca el cuerpo a los informes de ejecución presupuestal. Hay más tendencia a la propaganda, que a la publicidad de los actos estatales.
Finalmente, y pareciendo difícil sostener el discurso de la transparencia en la gestión pública, empieza a hablarse de ella en otros campos, por fuera de la gestión pública o de la contratación.
Se está hablando de calles transparentes. Este es un programa de calles sin ventas ambulantes, un programa de recuperación del espacio público. ¿Será que con este programa se recuperan para todos las calles que se cierran para brindar seguridad a las autoridades?. Ojalá que se pueda con este programa recuperar las calles para todos, que no sea un programa para quitarle las calles a los venteros, a los desempleados, a los niños trabajadores, a la población vulnerable.
Que sea un programa para recuperar las calles perdidas. Que la calle Colombia, a la altura de la IV Brigada, sea transparente, es decir transitable en todo momento; igualmente la avenida oriental, a la altura de la policía nacional, o la carrera 50, a la altura de la casa del Alcalde; o que el centro administrativo La Alpujarra sea abierto, libre de vallas.
Ojo al cambiazo, pues el énfasis de la transparencia debe estar en la administración pública, en la publicidad de los actos de gobierno, en la consulta, en la participación, en la rendición de cuentas.
Transparente no es la administración que abusa de la propaganda, o de las calles sin venteros, incluso no es la visible o la sobre-expuesta, sino la que se deja ver sin tener que correr el velo.
[1] Diccionario de la Real Academia española.
[2] Acuerdo 03 de 2004. Plan de Desarrollo: Medellín Compromiso de toda la Ciudadanía.

15 de febrero de 2005
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