23 de noviembre de 2004

EL CANDIL No. 33
Observatorio de derechos y conflicto urbano del IPC
www.ipc.org.co

URIBE SIN LEY

Rafael Rincón
23 de noviembre de 2004

Son autoritarios los regímenes que privilegian el aspecto del mando y menosprecian el del consenso, concentrando el poder político en un hombre o en un solo órgano y restando valor a las instituciones representativas.
El gobierno despótico es aquel en el que uno solo, sin leyes ni frenos, arrastra a todo y a todos detrás de su voluntad y sus caprichos.
Por otro lado, un gobierno democrático se caracteriza por la separación de poderes, por la presencia de instituciones de control y porque sus actos siguen la Constitución y la Ley.
La dudosa fuga del exguerrillero “Julian” del bunker de la Fiscalía General de la Nación, su dudosa entrega en el Palacio Presidencial, y la concesión de una suite en el Hotel Tequendama como premio a su dudosa desmovilización son hechos que han sembrado una inmensa desconfianza entre la opinión.
Estos hechos muestran los rasgos de un régimen autoritario y despótico, de un gobierno sin ley, de la ausencia de un régimen democrático.
Lo ocurrido muestra el firme interés presidencial en suplantar a todas las autoridades, en concentrar los poderes legislativo, judicial y ejecutivo.
Yo, el príncipe, hago la Ley, defino los delitos, concedo mercedes, y obligo a que se ejecute mi soberana voluntad.
El régimen político de Uribe se parece a una monarquía. La agenda legislativa tiene un solo punto: La reelección; la justicia está suplantada por los caprichos presidenciales; el Fiscal General es un funcionario de bolsillo del ejecutivo; el Ministro de Justicia no conoce la rama judicial; y el parlamento, no controla ni legisla porque tiene unas mayorías que votan al son de las prebendas que reparte la casa de Nariño.
Son muchos los intentos de Uribe para Gobernar sin Estado y sin Ley. Uno de ellos, fueron las llamadas Convivir, cuando fue Gobernador en el departamento de Antioquia, precedente de las organizaciones paramilitares, las que encubrió con los servicios especiales de vigilancia y seguridad privada; pero, el caso más concreto fue el Referendo, mediante el cual intentó desinstitucionalizar al país. Se trataba de eliminar los controles como la Corte Constitucional, las contralorías, las personerías, la Defensoría del Pueblo.
El actual proceso de paz ha caminado con la voluntad y el interés de los futuros desmovilizados, pero sin un marco legal.
Y, al paso que avanza el proyecto de ley, no existirá ley para la paz, para la verdad, la justicia y la reconciliación.
Uribe no está inventando una forma de Gobierno. Las experiencias latinoamericanas de Gobernar sin Ley están en el exilio o en la cárcel. Carlos Menem, de Argentina, exiliado en Chile y Alberto Fujimori, de Perú, exiliado en Japón.
La única “Constitución” que parece seguir Uribe es la de Bush, que no es la de las libertades civiles de Thomas Jefferson, sino la de la guerra preventiva, las ocupaciones, la tortura y las violaciones a los derechos humanos.

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