EL CANDIL No. 11
EL AMOR AL DINERO
Rafael Rincón
6 de julio de 2004
Todos los días oímos hablar de la corrupción. La corrupción es protagonista en Colombia y en todas partes del mundo. Suena en el sector público y en el sector privado. La corrupción trabaja de día y de noche. Parece pues que es un mal universal, y parece también que es un atributo no deseado de la humanidad. Y, además, parece que mientras más la condenamos, más se multiplica.
¿Por qué hay corrupción?. Indudablemente son muchas las causas que nos llevan a ella. Podríamos señalar desde los más nobles móviles hasta los más insaciables deseos.
Pero, hoy queremos señalar una causa que está incidiendo especialmente en los jóvenes. Ella es la cantidad de ofertas en dinero para que se realicen las acciones más intrépidas del mundo.
Se le ofrece a nuestros jóvenes dinero para que consigan plata rápidamente.
Por dinero voy a la guerra, por dinero soy mercenario, por dinero me desmovilizo; por dinero entrego mi cuerpo, vendo mi conciencia, abro mi intimidad, regalo mi dignidad; por dinero entrego a los amigos; por dinero modifico mis decisiones; por dinero soy mula; por dinero toda mi familia lleva droga; por dinero mato a toda mi familia; etc.
Esas ofertas como la medusa mítica griega tienen mil cabezas y se disfrazan y llegan en variadas presentaciones.
Unas vienen presentadas en los llamados Realitis, programas en donde se ofrecen altas sumas de dinero para vender lo no vendible, como la intimidad de las personas; o vender incluso la dignidad, como cuando se acepta ser medio para convivir con bichos, serpientes, etc. en donde los únicos que ganan son las programadoras privadas de T.V.
Otra presentación non sancta de oferta de dinero son las recompensas. En ellas pululan los inescrupulosos quienes en calzas prietas a personas inocentes. En nombre de los resultados positivos esos falsos testigos acumulan dinero y hacen sus negocios dejando personas inocentes detrás de las rejas.
La lucha contra la corrupción no puede quedarse en señalar los casos, los responsables de determinados hechos. Hay que actuar sobre las razones que dan origen a los hechos de corrupción, los que motivan al enriquecimiento rápido que son los que dan origen a la corrupción.
Tenemos que hacer un esfuerzo para no seguir promoviendo el amor al dinero y sí el amor al amor que es el camino a la paz.

6 de julio de 2004
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