25 de mayo de 2004

EL CANDIL No. 5

Peajito social: El silencio de los beneficiarios.

Rafael Rincón Patiño
25 de mayo de 2004

Los peajes son contribuciones que pagamos los ciudadanos cuando recibimos un servicio. Mediante el peaje los ciudadanos entregamos un dinero que nos garantiza el derecho al tránsito, a la circulación por un determinado lugar. Esta contribución se destina para el mantenimiento de las vías. A su vez, la obra pública genera un mayor valor para los predios como las fincas y los establecimiento de comercio.
La forma como funciona el peajes es mediante un contrato de concesión que los dueños de la vía celebran con un particular. Estos bajo los criterios de empresa, no de servicio público, ni de beneficencia, realizan la obra o el mantenimiento de la misma a cambio de los dineros recaudados.
El espíritu del peaje como contribución es la de pagar el mantenimiento por quienes se benefician, por quienes reciben el servicio. ¿Quiénes son los beneficiarios de la doble calzada Bello-Hatillo?: Obra que hace cinco años costaba 70.000 millones de pesos, hace dos 170.000 y hoy cuesta 300.000 millones de pesos.
Entre los beneficiarios están los propietarios de las fincas de recreo, por cierto algunos de ellos son personas con lazos de consanguinidad con el Presidente y otros con nexos políticos y burocráticos; ellos no salen a protestar. También se benefician las grandes empresas plantadas en el sector, quienes tampoco protestan; y, finalmente, se benefician los transportadores, pues de lo que se trata es de mejorar la vía para que su negocio marche sobre ruedas; ellos tampoco protestan.
Está bien que una obra tenga beneficiados, pero lo que no está bien es que sean los perjudicados quienes paguen la valorización que se ganan los otros. La obras públicas hay que hacerlas. Y quienes protestan son muy conscientes de ello. Hasta ahora el movimiento no es contra la obra es contra el sistema de financiación de la misma.
Los peajes han demostrado ser mecanismos ineficientes de financiación. Ellos se absorben el 50% del recaudo en la parte administrativa, y la verdad es que es muy pobre su rentabilidad. El movimiento antipeaje liderado valientemente por los alcaldes y concejales de los municipios de Barbosa, Girardota, Copacabana y Bello han pedido concertación para la realización de la obra y lo que ha recibido son regaños del Presidente en el Consejo Comunal de Bello, y regaños de los ministros de Defensa y Transporte porque no aceptan las condiciones presidenciales.
Afirman los promotores del peaje que falta información. Es cierto. Se debe informar como se beneficia la gente y de que manera, falta informar que el movimiento antipeaje es una protesta social y no se le puede asociar con atentados terroristas o con los hechos de violencia, hay que informar que el peajito es un peaje que cuesta dos mil pesos, porque el ciudadano va y regresa; hay que informar que en el lugar existen otros peajes que incrementan los costos de la canasta familiar; hay que informar que es un peaje dentro de un área metropolitana; hay que informar que los heridos son los mismos perjudicados con el peajito social.
El peajito social necesita concertación y respeto por la protesta. No es con diminutivos, ni con adjetivos, ni con la fuerza pública como un Estado Social de Derecho encara sus conflictos.

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