el yesQuero Nro. 166
Los románticos de la guerra
Por
Rafael Rincón Patiño*
“No hay que pedir permiso
ni para pensar ni para criticar”
Gustavo Petro
“Estamos ganando la guerra” repiten monótonamente los que creen en la idoneidad de la violencia para alcanzar la paz. Los verbos conjugados en gerundio son una estrategia gramatical para esconder los fracasos y dolores de las acciones bélicas, para encubrir la ausencia de resultados.
Colombia no tiene un milímetro de su territorio despejado para la paz: “de día o de noche, hoy no hay un lugar en donde las Fuerzas Armadas no podamos llegar con sorpresa y contundencia” (General Freddy Padilla León, El Espectador, 16-09-2007).
En el modelo del Conflicto de Baja Intensidad o en el de la “Guerra Preventiva” el ciudadano es ante todo un guerrero. Ciudadano es el que coopera con la guerra o el que vende su cooperación por recompensas. El ciudadano total de Rousseau, el volcado a la política, fue cambiado por el guerrero total, transformado en un guerrero a toda hora y en todo lugar.
La guerra fría no es de combates militares, es una guerra integral por controles territoriales y de espacios de poder. La de Colombia es una guerra fría que ya no es exclusivamente interna: Lo de Colombia es un conflicto armado interno globalizado. Sus componentes están globalizados: las armas, la droga, el petróleo, los mercenarios, las asesorías militares, los rehenes, los crímenes de guerra, sus combatientes, sus tribunales son de diversas y múltiples orígenes.
Colombia vive un conflicto armado interno globalizado: tiene combatientes en todo el mundo y no sólo en las selvas de Colombia. Una guerrillera holandesa en selvas colombianas, el presidente francés Nicolás Sarkozy intermediando para la libertad de secuestrados y de guerrilleros detenidos, el presidente venezolano Chavez buscando mediar, la presencia norteamericana tratando de reforzar la victoria militar, los pronunciamientos de la Unión Europea intentando una intervención amistosa o humanitaria, las visitas de senadores norteamericanos para conocer el conflicto, las intervenciones del Canciller Araújo y del Vicepresidente Santos en los foros internacionales pidiendo apoyo para Colombia.
El pragmatismo bélico considera a los pacifistas como románticos, soñadores, gente sin pies en la tierra que usa medios que no impactan la realidad; y ellos, los que proponen la guerra, los guerreros, se consideran los encarnados de la real politik, gente de resultados.
El pragmatismo bélico caricaturiza las iniciativas de paz como una claudicación ante los violentos, consideran que tienen cerebros de paloma. Las manifestaciones nacionales de repudio son sólo actos simbólicos, que para ellos son lo opuesto a los hechos. Una caminata de más de 600 kilómetros desde el municipio de Sandoná (Nariño) hasta el centro del país, Bogotá, por un padre de familia y profesor de escuela no deja de ser un acto folclórico que no inmutará a los guerreros.
“Estamos ganando la guerra” es una consigna para conservar el poder, o para subir la moral de los combatientes. Sin embargo, esa frase confiesa hoy, después de cinco años de seguridad democrática, que la paz está lejos, y que la guerra es el presente duradero. Los guerreros en Colombia están perdiendo la paz.
George Bush, presidente de Estados Unidos, dice también, que está ganando la guerra contra el terrorismo, pero está perdiendo el poder en su propio país. Los demócratas ya son mayoría en el Congreso y su nivel de aceptación está tan bajo como el de Nixón durante la guerra de Vietnam.
La guerra de Uribe Vélez no ha cambiado a las Farc, y la guerra de las Farc no ha cambiado a Uribe V.; esta constante está modificada por la globalización del conflicto armado interno. Son las “externalidades” del conflicto interno las que están cambiando a los combatientes.
Es la globalización del conflicto armado interno la que puede remover los llamados inamovibles del presidente Uribe Vélez. Bienvenida sea la política, con todos sus vicios, para la resolución del conflicto armado globalizado.
El acuerdo humanitario es la tarea primera, él no es la paz, pero es la oportunidad para que los románticos de la paz y los románticos de la guerra consigan resultados; es la oportunidad para reiniciar la solución política negociada al ya largo conflicto armado en Colombia sin claudicar ante condicionamientos autoritarios.
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
Medellín, 17 de septiembre de 2007
Colombia no tiene un milímetro de su territorio despejado para la paz: “de día o de noche, hoy no hay un lugar en donde las Fuerzas Armadas no podamos llegar con sorpresa y contundencia” (General Freddy Padilla León, El Espectador, 16-09-2007).
En el modelo del Conflicto de Baja Intensidad o en el de la “Guerra Preventiva” el ciudadano es ante todo un guerrero. Ciudadano es el que coopera con la guerra o el que vende su cooperación por recompensas. El ciudadano total de Rousseau, el volcado a la política, fue cambiado por el guerrero total, transformado en un guerrero a toda hora y en todo lugar.
La guerra fría no es de combates militares, es una guerra integral por controles territoriales y de espacios de poder. La de Colombia es una guerra fría que ya no es exclusivamente interna: Lo de Colombia es un conflicto armado interno globalizado. Sus componentes están globalizados: las armas, la droga, el petróleo, los mercenarios, las asesorías militares, los rehenes, los crímenes de guerra, sus combatientes, sus tribunales son de diversas y múltiples orígenes.
Colombia vive un conflicto armado interno globalizado: tiene combatientes en todo el mundo y no sólo en las selvas de Colombia. Una guerrillera holandesa en selvas colombianas, el presidente francés Nicolás Sarkozy intermediando para la libertad de secuestrados y de guerrilleros detenidos, el presidente venezolano Chavez buscando mediar, la presencia norteamericana tratando de reforzar la victoria militar, los pronunciamientos de la Unión Europea intentando una intervención amistosa o humanitaria, las visitas de senadores norteamericanos para conocer el conflicto, las intervenciones del Canciller Araújo y del Vicepresidente Santos en los foros internacionales pidiendo apoyo para Colombia.
El pragmatismo bélico considera a los pacifistas como románticos, soñadores, gente sin pies en la tierra que usa medios que no impactan la realidad; y ellos, los que proponen la guerra, los guerreros, se consideran los encarnados de la real politik, gente de resultados.
El pragmatismo bélico caricaturiza las iniciativas de paz como una claudicación ante los violentos, consideran que tienen cerebros de paloma. Las manifestaciones nacionales de repudio son sólo actos simbólicos, que para ellos son lo opuesto a los hechos. Una caminata de más de 600 kilómetros desde el municipio de Sandoná (Nariño) hasta el centro del país, Bogotá, por un padre de familia y profesor de escuela no deja de ser un acto folclórico que no inmutará a los guerreros.
“Estamos ganando la guerra” es una consigna para conservar el poder, o para subir la moral de los combatientes. Sin embargo, esa frase confiesa hoy, después de cinco años de seguridad democrática, que la paz está lejos, y que la guerra es el presente duradero. Los guerreros en Colombia están perdiendo la paz.
George Bush, presidente de Estados Unidos, dice también, que está ganando la guerra contra el terrorismo, pero está perdiendo el poder en su propio país. Los demócratas ya son mayoría en el Congreso y su nivel de aceptación está tan bajo como el de Nixón durante la guerra de Vietnam.
La guerra de Uribe Vélez no ha cambiado a las Farc, y la guerra de las Farc no ha cambiado a Uribe V.; esta constante está modificada por la globalización del conflicto armado interno. Son las “externalidades” del conflicto interno las que están cambiando a los combatientes.
Es la globalización del conflicto armado interno la que puede remover los llamados inamovibles del presidente Uribe Vélez. Bienvenida sea la política, con todos sus vicios, para la resolución del conflicto armado globalizado.
El acuerdo humanitario es la tarea primera, él no es la paz, pero es la oportunidad para que los románticos de la paz y los románticos de la guerra consigan resultados; es la oportunidad para reiniciar la solución política negociada al ya largo conflicto armado en Colombia sin claudicar ante condicionamientos autoritarios.
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
Medellín, 17 de septiembre de 2007
15 comentarios:
Vamos para 200 años de romanticismo de los guerreros. Después del tercer periodo del guerrero Uribe vendrá el cuarto y así.
La combinación de las formas de lucha
Por
Camilo González Pozo
Septiembre 17 de 2007 - COLUMNA DEL DÍA
Se ha vuelto moda hablar de este tema un tanto lejano para el común de la gente. Los gurús del Gobierno fijan posiciones en varios escenarios condenando la teoría y la práctica de la "combinación de las formas" de lucha como un invento marxista que, colocado en la política actual, sería la prueba de intenciones antidemocráticas. Sobre este asunto han escrito sus páginas los doctores José Obdulio Gaviria y Luis Carlos Restrepo, ya sea para explicar el porqué del genocidio de la UP, el terrorismo de las Farc o la indecisión del Eln sobre un horizonte de abandono de la lucha armada. Pero la presentación obdulista sobre la combinación de lo legal y lo ilegal, de lo pacifico y lo armado, en la lucha por el poder, está cargada de silencios y de toda suerte de equivocaciones. Ni esa peculiar combinación es invento desde la izquierda, ni son eficaces argumentos unilaterales para confrontar a quienes equivocadamente siguen pensando que la violencia armada tiene alguna justificación en la lucha política.
El uso de las armas ilegal y arbitrario ha sido parte de la historia de Colombia desde siempre y desde el siglo XIX ha servido para el ejercicio del poder. La mitad del siglo XX transcurrió en medio de un régimen de Estado de Sitio y la defensa del orden se hizo "combinando todas las formas de lucha", a veces con chulavitas, otras con pájaros o mercenarios de varios uniformes. La guerra fría educó en tortura y desaparición y en alianzas con toda suerte de mafias, narcos, paras y la llamada ley de fuga. Y ese entrenamiento en la combinación de formas de lucha para la defensa de poderes regionales, locales y nacionales tuvo su expresión mayor en el cruce de siglos con la expansión del paramilitarismo, que sigue vivo aunque en crisis irreversible.
La otra cara de la historia fue que al autoritarismo desde arriba se le opuso un autoritarismo armado desde abajo. La guerrilla liberal, animada desde Bogotá, llegó a tener 50.000 hombres en armas, y respondió durante casi dos décadas a las dictaduras civiles recurriendo a toda suerte de métodos, incluida la masacre de conservadores. El levantamiento gaitanista urbano y el agrarismo del siglo XX fue reprimido a sangre y fuego. Y desde ese capítulo de violencia no resuelto surgieron las guerrillas en varias versiones. La resistencia armada vistió con programa comunista o socialista lo que en realidad no pasaba de propósitos de supervivencia y objetivos reformistas liberales o socialdemócratas. La ideología comunista, confundida con el estatismo soviético, se derrumbó con el muro de Berlín, y, para mal de la historia, el mundo capitalista globalizado le infligió la derrota del siglo a los movimientos anticapitalistas. Se inició la era del imperio y la resistencia armada se convirtió en alimento para nuevos despotismos.
Y en Colombia, la lucha armada contra el poder, con su discurso del siglo XIX, ante su imposibilidad de triunfo y nuevas realidades, incluida la Constitución de 1991, se volvió un arcaísmo funcional a lo peor del autoritarismo. Todo esto sin hablar de otras mutaciones que son inherentes a estructuras armadas que se imponen en territorios y que ante la incapacidad de ser alternativa nacional, se vuelven cuerpos extraños que se alimentan de micropoderes basados en el miedo y no en los programas originales de transformación. El problema que tenemos no es solo que se sigue combinando las formas de lucha y recurriendo a las armas para hacer política desde arriba o desde abajo, sino que en todo caso esas armas se han convertido en el abrevadero de los autoritarismos y en obstáculo mayor para alternativas democráticas.
Al asesino hay que matarlo, y punto.
no se puede negociar con un enfermo mental que atenta contra nuestra vida.
¿?dónde está la parte humanitaria de una institución al margen de la normalidad como la gueriilla ???????
esto lo deberíamos aprender en 3 de primaria.
y a la pregunta hay que decir: en ninguna parte.
me parece que más bien, a veces más que otras veces, el pacifista es un ....masoquista.
R.
Rafael gracias Tus conceptos son concisos.aplastantes pero reales
Que somos Los colombianos: solo un bus donde van montados todos nuestros antepasados , o un espejo en el que se lo que hay al frente
Apreciado Rafael, la guerra no va a traer la paz, pero por lo menos impedirá que el país quede en manos de un autoritarismo sanguinario como el de las Farc.
J. Arturo Valencia
LA GUERRA ES NUESTRA FORMA DE VIDA, QUE LA RESPETEN COMO NOSOTROS LE RESPETAMOS LA GUERRA A LOS EUROPEOS O A LOS MISMOS GRINGOS.
Buen artículo Dr. Rafael. Le mando esta perlita de A. Einsteinpara que la piense
"He de confesar que la época no me parece propicia para seguir defendiendo algunas proposiciones del movimiento pacifista radical. Por ejemplo: ¿cómo podemos aconsejar a un francés o a un belga que se niegue a cumplir el servicio militar ante el rearme alemán? ¿Debemos lanzar una campaña para defender esta postura? Francamente no lo creo. Me parece que en la situación actual hemos de apoyar una organización de fuerza supranacional y no preconizar la abolición de las fuerzas militares... Aborrezco todos los ejércitos y todas las formas de violencia; pero estoy firmemente convencido de que, en la presente situación mundial, sólo estas armas odiosas aseguran una protección decisiva".
Tiene usted razón: el conflicto armado esta globalizado muy a pesar nuestro.
Lo que está pasando con el Acuerdo Humanitario es la muestra de ello: Francia, Venezuela, Brasil, USA.
Rubencho
Se internacionaliza búsqueda del acuerdo humanitario entre Uribe y las Farc
En un breve tiempo, las Farc pasaron del aislamiento internacional a ser protagonistas de un tema que ya involucra a los jefes de Estado Hugo Chávez, de Venezuela; Rafael Correa, de Ecuador; Lula da Silva, de Brasil; y Nicolas Sarkozy, de Francia. Piedad Córdoba viaja a Estados Unidos.
Por Andrea Peña
Fecha: 09/20/2007 -
Al menos es una paradoja. Una de las plataformas más fuertes a la que el presidente Álvaro Uribe ha dedicado gran parte de sus esfuerzos es el de buscar el aislamiento internacional de las Farc. Incluso, en más de un escenario –en Bruselas y en Nueva York, para citar dos casos– el jefe del Estado ha roto su círculo de seguridad para echarse a la calle y frentear a sus adversarios, explicándoles que en Colombia hay terrorismo y que su mayor exponente son las Farc.
Otro ejemplo. En esta semana viajó a Europa el caminante por la paz, el profesor Gustavo Moncayo. Consciente de los riesgos que implicaba su gira por la posible “ideologización” e “incomprensión” que muestre en los auditorios el marchante, el Ejecutivo se movió y mandó en una especie de contragira al subintendente de la Policía John Frank Pinchao que se le fugó al grupo armado tras ocho años de dolorosos cautiverio en la selva. La intención era mostrar a los espectadores europeos que la realidad no es como la pintan las Farc sino que los primeros responsables del drama de los secuestrados es el grupo armado y nadie más.
Sin embargo, con el ritmo vertiginoso que ha tomado la búsqueda del intercambio humanitario en especial a partir de la entrada en escena de la senadora Piedad Córdoba, el panorama ha cambiado drásticamente. En un breve lapso, las Farc pasaron de un profundo aislamiento internacional a ser protagonistas de un tema que ya involucra a los jefes de Estado Hugo Chávez, de Venezuela; Rafael Correa, de Ecuador; Lula da Silva, de Brasil; Nicolas Sarkozy, de Francia, y Daniel Ortega, de Nicaragua.
• Piedad se llena de optimismo y anuncia que en el futuro es posible una reunión entre Uribe y ‘Tirofijo’
Raúl Reyes, miembro de las Farc, durante su diálogo con la senadora Piedad Córdoba. FOTO: CORTESÍA JORGE ENRIQUE BOTERO.
Erminso Cabrera Cuevas, alias ‘Mincho’ -un miembro de las Farc que posiblemente a la opinión pública no le dice nada, pero a la organización insurgente sí pues se trata del hermano de Fabián Ramírez, miembro del Secretariado-, durante su extradición a Estados Unidos. FOTO CORTESÍA DIJIN
Por momentos pareciera que los puentes que se tienden entre las Farc y el gobierno del presidente Uribe se está edificando en todos lados, menos en Colombia. Una cosa que muy seguramente jamás se imaginó Uribe.
De la ofensiva a la diplomacia
Lo que comenzó hace cinco años como una ofensiva militar a las Farc para derrotarlas y obligarlas a negociar, va en que el presidente venezolano, Hugo Chávez, muy probablemente se sentará con el vocero guerrillero ‘Raúl Reyes’ para hablar de paz y después con ‘Manuel Marulanda Vélez’, en una conversación que el jefe de Estado ha dicho también tratarán temas de “geopolítica”.
Lo más concreto, sin embargo, es que la cúpula de la guerrilla hablará con Chávez del intercambio de secuestrados por subversivos presos, un hecho que ha lanzado una luz de optimismo pocas veces vista entre los familiares de los secuestrados.
El gobierno, no obstante, insiste en que su política siempre ha sido la misma y la decisión de las Farc, también: el primero no despejará ninguna zona del país para hablar, y los segundos no hablarán si no hay un despeje militar.
Este jueves se agregaron nuevos elementos que refuerzan esta tesis del gobierno. El comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, dijo que, entre otras cosas, no se despejaría ninguna zona porque había información certera de que la guerrilla aprovecharía esta oportunidad para atentar contra la vida del presidente Uribe.
Se suman Brasil y Ecuador
En este mismo día Venezuela, Nicaragua y Francia, países que han mostrado su interés por un diálogo en Colombia con las Farc, se sumaron ahora los presidentes de Brasil y Ecuador. El gobierno de Brasil “ya ofreció la posibilidad de un encuentro entre las Farc y Chávez en territorio brasileño. El presidente Luiz Inacio Lula da Silva apoya ese esfuerzo de mediación del presidente Chávez y confía en él como mediador de ese conflicto”, sostuvo el vocero brasileño, Marcelo Baumbach.
La situación por momentos parece salirse de control. Para citar un caso. Son excepcionales las veces en que estos Jefes de Estado censuran a las Farc. En cambio, van en aumento el número de reclamos al presidente Uribe. “¿Qué te cuesta despejar el Caguán?”, le dijo Uribe a través de la televisión, en su programa Alo, presidente. Y este jueves también Bernard Kouchner, ministro francés de Relaciones Exteriores y Asuntos Europeos de Francia, dijo que la gestión de Chávez hasta ahora era “maravillosa”. Y a reglón seguido anotó que, sin embargo, su gobierno quería saber “Si Uribe está a favor de la gestión de Chávez o no”. En otras palabras le exigió claridad al presidente colombiano en el asunto. Todo esto en vísperas del encuentro de los dos Jefes de Estado en Nueva York.
Piedad viaja a Estados Unidos
Entre tanto, este jueves, a su regreso de Venezuela, Piedad Córdoba se reunió con el comisionado Restrepo antes de salir hacia Estados Unidos. “Tengo que ser muy seria y responsable, Venezuela ha colaborado muchísimo y el gobierno colombiano también (...) además, hay un nuevo mensaje muy positivo de las Farc que se debe mantener y cuidar”, dijo la congresista al recordar que ‘Raúl Reyes’ estaría dispuesto a viajar hasta Venezuela para hablar con el primer mandatario.
De otra parte, el gobierno central de Colombia insiste en que no baja la guardia en su ofensiva contra las Farc y envía mensajes casi desafiantes en ese sentido: en las últimas horas fue extraditado Erminso Cabrera Cuevas, alias ‘Mincho’, un miembro de las Farc que posiblemente a la opinión pública no le dice nada, pero a la organización insurgente sí pues se trata del hermano de Fabián Ramírez, miembro del Secretariado.
Además, es el tercer miembro de las Farc importante que se ha enviado a Estados Unidos después de ‘Sonia’ y Simón Trinidad’, a quien precisamente la senadora Córdoba visitará en una cita de carácter humanitario. ‘Mincho’ tendrá que responder en una corte estadounidense por sindicaciones de delitos relacionados con narcotráfico.
Incluso el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, durante una ceremonia militar en Bogotá, dijo que “la voluntad para facilitar el intercambio no es una debilidad del gobierno (...) las Fuerzas Militares no van a bajar la guardia. ¡Y que tomen nota todas las Farc, la ofensiva será más fuerte y contundente!”.
Es decir que la guerra sigue en el país mientras que fuera se amplía el número de protagonistas diplomáticos que ahora tienen en sus agendas el tema de las Farc. ¿Bueno o malo? Sólo el tiempo y los resultados darán la respuesta.
Es muy sencillo: el que no resuelve sus problemas, se los resuelven. Uribe y las Farc van a terminar gobernados por los vecinos.
Tanta arrogancia para terminar de brazos cruzados. Se aproxima uno que otro coletazo: Uribe extraditando otro guerrillero y las Farc hará cualquier otra barrabasada.
¿Por qué Uribe extradita uno más de las Farc en momento de Acuerdo Humanitario?
¿Por qué hacen un montaje de atentado a Uribe V. en momento de Acuerdo Humanitario?
Convertir a Irán en un "Estado débil o en bancarrota" para reconstruirlo en democracia. Igualito que en Irak.
TRES DIAS Y YA
Altercom*
Juan Gelman*
22 de septiembre de 2007
El profesor Víctor David Hanson es el historiador favorito de la Casa Blanca y suele buscar en la guerra del Peloponeso símiles forzados para justificar cualquier tipo de decisión bélica de W. Bush.
Hay quien sospecha que si los "halcones-gallina" decidieran invadir la Patagonia, Hanson desenvainaría una inevitable cita de Pericles. Dicta cátedra en la Hoover Institution, entre otras, y un ex alumno relató que en una de sus clases "Hanson contó que estaba en la Oficina Oval analizando (con el presidente) la cuestión de Irán... y que Bush se comprometió a hacer algo con Irán antes de terminar su mandato" (LewRocwell Blog, 26-8-07).
Belicismo para atrás
Septiembre 21 de 2007 - COLUMNA DEL DÍA
Los guerreros están perdiendo su primacía casi excluyente en opinión sobre el conflicto. El desastre está imponiendo por sí mismo acogida para su humanización primero y luego su negociación; además acompañada por reconocimiento de sus características como condición para su arreglo. Hoy es imposible ocultarlas, hasta ahora sustraídas por el monopolio bipartidista, al que le ha aparecido oposición democrática con peso suficiente para ponerle luz al fondo del problema. El oficialismo no ha discutido, ha impuesto; hasta ahora, cuando al fin su oposición obliga a hablar distinto del conflicto social y de los métodos a que históricamente se ha acudido para superarlo o sofocarlo, uno de ellos la respuesta paramilitar a la guerrilla. El oficialismo sigue negando el conflicto porque lo muestra como uno de sus detonantes; el Gobierno y sus partidarios tendrían hoy que reconocerse como continuación del represamiento de la evolución social y de su efecto violento.
El bloqueo a la solución parte de manipular el sufrimiento del país por medio de sofismas como que es la violencia la causa del atraso y no al revés, o que el orden social depende de la acción militar. La gente tiene derecho a exigirle a la política los porqués de horrores como el desplazamiento o el genocidio y hoy esta forma opinión pública más crítica al respecto, equivocada o no, como lo prueba la reacción oficial del recurrir al macartismo atemorizando la discusión. Se necesita la verdad, dolorosa desde luego, para no seguir donde comenzó todo.
Integrante del Tercer Mundo, Latinoamérica fue desde la postguerra parte del reclamo democrático y anticolonial que también vivieron Asia y África. Desde la URSS, China, Cuba, Vietnam, Argelia se propusieron salidas para sometimiento y atraso, unas pacíficas, otras violentas, propuestas que fueron cambiando en la medida de la experimentación de que el fin no justifica cualquier medio. En la Colombia urbanizada y con una inmensa clase media, el vanguardismo militarista se ha ido aislando en consecuencia del repudio de la población a ser espectadora pasiva y sobre todo víctima. El país ensaya ahora opciones como la de Bogotá, el Valle, o Medellín, insinuación de consensos contra el narcotráfico, el paramilitarismo y el terrorismo.
Las guerrillas tienen oportunidad y deber ahora de abrir alternativa distinta a la guerra sucia, al tiempo con la configuración de circunstancias nacionales e internacionales favorables al arreglo de una guerra de aparatos con sustento inaceptable, como modo de vida, excusa para injerencia extranjera y adversa a poner el derecho humanitario por encima de la guerra. Es inaceptable que los mismos procedimientos sirvan para distraer la diferencia entre cambio y reacción. Siempre con una aclaración: cuando se habla del compromiso común con la democracia, debe especificarse con cuál, si la que E.U. quiere imponer por la fuerza en Medio Oriente, si la del reeleccionismo caudillista, si el de la 'parapolítica', si la del monopolio estatal del bipartidismo.
Hola Rafael: No solamenta se esta perdiendo la paz, se esta perdiendo el tiempo, las oportunidades. los sueños de las juventudes nuestras, el horizonte de la inteligencia. La guerra sucia o idonea ( violencia ) como tu la denominas es nuestro estigma contemporaneo. Tenemos que continuar con la lucha para parar esta estupidez sin embargo tiene que darse la lucha dentro de el marco del dialogo de los seres civilzados.Siempre debemos tener presente que " es muy peligroso tener la razon cuando el gobierno esta equivocado" sobre todo en los actuales momentos y debemos actuar con firmeza defendiendo lo poco que queda de pensamiento libre.
Gracias por tus excelentes paginas.
"LOS GERUNDIOS NI PICHANDO"
mi agüelita...
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