el yesQuero Nro. 161
La vía de la inequidad
Por
Rafael Rincón Patiño*
Dar a cada quien lo suyo es la máxima por antonomasia de la justicia, pero identificar lo suyo de cada quien es el reto y lo que diferencia a políticos, economistas, filósofos y gobernantes.
La distribución pone de moda criterios y teorías de justicia. La meritocracia, por ejemplo, sonó mucho a comienzos del gobierno Uribe V.; pero luego, el reparto de embajadas y consulados por mérito electoral opacaron este principio.
Hoy el criterio de redistribución va de la mano de la competitividad, el mercado es el que hace el proceso discriminatorio de selección natural en donde el más fuerte, el de la posición dominante, termina gobernando y fungiendo de “mano invisible” y justiciera.
En este paradigma de competitividad, ajeno a la solidaridad, las plausibles alianzas para alcanzar la equidad (Ej.: Alianza de Antioquia por la Equidad) se vuelven invisibles y retóricas, porque cuando se presenta la oportunidad de conseguir ventajas, de hacer negocios o de lucrarse con la plusvalía que generan las obras públicas, el ánimo filantrópico y el sentimiento de culpa, que provocan buenas intenciones sociales, hace aguas ante la pugna por las utilidades económicas.
Las motivaciones altruistas de equidad, la cultura corporativa y los balances sociales se desvanecen cuando la riqueza llama a la puerta; las ligaduras por la equidad se ablandan y desaparecen cuando el beneficio es próximo y propio.
Así está ocurriendo en Medellín con los promotores de la llamada Vía Distribuidora: una obra pública de 36.000 millones de pesos, en la zona de mayor ingreso per cápita, en el lugar de más alto Índice de Desarrollo Humano (0,825) de Antioquia, en la llamada Milla de Oro de la ciudad de Medellín. Allí en donde están radicados los negocios de más altos ingresos —Banco de Colombia, Almacenes Éxito, Carrefour, Texas, Mobil, Esso, Homecenter, Universidad Eafit, El Colombiano— se está construyendo, con los impuestos de los que pagan, una obra para quienes menos pagan o no los pagan.
La llamada Vía Distribuidora se financia con la sobretasa ambiental al impuesto predial del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. El espíritu de la sobretasa ambiental es tener un ingreso para mejorar la calidad ambiental; ella debe ser aplicada con eficiencia, eficacia y equidad. Sin embargo, son 36 mil millones de pesos para destruir un bosque de 75.000 metros cuadrados y construir una vía que será ineficiente e ineficaz para mejorar la calidad ambiental y, peor aún, para mejorar la movilidad. Parece una obra de la Secretaría de Obras Públicas de Medellín y no una obra de la autoridad ambiental metropolitana.
No es una obra que reduzca la contaminación ambiental: el material particulado y los niveles de ruido se incrementarán con el aumento del flujo vehicular, con la tala de árboles y con la construcción de los tres nuevos carriles vehiculares.
La Vía Distribuidora es una obra contraria a la Ley 99 de 1993 (Art. 44) y al espíritu de la sobretasa ambiental. Es una obra eficaz para el uso del carro, una obra que satisface la vanidad de muchos de los tenedores de vehículos, que regala una plusvalía urbana y mejora la circulación de los consumidores. Es una obra eficaz para concentrar el capital, ineficaz para mejorar la calidad ambiental, un nefasto aporte al calentamiento global y una violación del derecho al desarrollo de los municipios más empobrecidos.
La Vía Distribuidora se financia con los dineros de todos los propietarios de predios del Valle de Aburrá, pero beneficia económicamente solo un puñado de negociantes que tienen los más altos ingresos y, ambientalmente, no beneficia a nadie. No es cierto que mejore la movilidad porque la obra deja intactos los cuellos de botella, lo que hace es trasladarlos.
La relación de ingresos per cápita entre los ciudadanos de los corregimientos del municipio de Medellín respecto a los ingresos de los ciudadanos de la comuna de El Poblado tiene una brecha escandalosa de 1 a 37. El municipio de Envigado, otro gran beneficiario de la obra, nunca ha pagado la sobretasa al Área Metropolitana.
El molido principio ambiental que dice que “quien contamina paga” es letra muerta para el Área Metropolitana. Con la Vía Distribuidora los contaminadores no pagan; son los contaminados los que pagan: la contaminación del río Medellín la reciben los municipios de Bello, Copacabana, Girardota, Barbosa, que son los que pagan la sobretasa ambiental, para que los contaminadores que tienen sus negocios en la Milla de Oro puedan darse el lujo de llegar en carro a sus empresas. Eso no es equidad, ese silencio socarrón es la alianza contra la equidad.
El contrato que desarrolla el Área Metropolitana para crear la llamada Vía Distribuidora es un contrato injusto, porque es una obra que privilegia el interés particular por encima del interés general, es contraria a los principios ambientales y contraría el principio constitucional de equidad.
Decía el pensador político estadounidense John Rawls (1921-2002) que “la justicia es la nota distintiva de las instituciones básicas de la sociedad: no sólo basta con que sean ordenadas y eficientes, si las instituciones básicas no son justas deben cambiarse”.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá pierde el año con la Vía Distribuidora. Una institución que capitaliza para los poderosos los ingresos de las mayorías y que actúa en contravía a su objeto legal no tiene futuro. No basta con ser una institución ordenada y eficiente, tiene que ser justa, coherente, transparente y equitativa.
Y, los particulares deberían tomar en serio la “Alianza de Antioquia por la equidad” y empezar adoptando una alianza moral mínima contra la inequidad, comprometerse a no empeorar la desigualdad y así crear confianza en torno a las posibilidades de crear mayor justicia social en el mundo. (Henry Shue, “Not contributing to terrorism. 2001).
Medellín, 14 de agosto de 2007
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
Por
Rafael Rincón Patiño*
Dar a cada quien lo suyo es la máxima por antonomasia de la justicia, pero identificar lo suyo de cada quien es el reto y lo que diferencia a políticos, economistas, filósofos y gobernantes.
La distribución pone de moda criterios y teorías de justicia. La meritocracia, por ejemplo, sonó mucho a comienzos del gobierno Uribe V.; pero luego, el reparto de embajadas y consulados por mérito electoral opacaron este principio.
Hoy el criterio de redistribución va de la mano de la competitividad, el mercado es el que hace el proceso discriminatorio de selección natural en donde el más fuerte, el de la posición dominante, termina gobernando y fungiendo de “mano invisible” y justiciera.
En este paradigma de competitividad, ajeno a la solidaridad, las plausibles alianzas para alcanzar la equidad (Ej.: Alianza de Antioquia por la Equidad) se vuelven invisibles y retóricas, porque cuando se presenta la oportunidad de conseguir ventajas, de hacer negocios o de lucrarse con la plusvalía que generan las obras públicas, el ánimo filantrópico y el sentimiento de culpa, que provocan buenas intenciones sociales, hace aguas ante la pugna por las utilidades económicas.
Las motivaciones altruistas de equidad, la cultura corporativa y los balances sociales se desvanecen cuando la riqueza llama a la puerta; las ligaduras por la equidad se ablandan y desaparecen cuando el beneficio es próximo y propio.
Así está ocurriendo en Medellín con los promotores de la llamada Vía Distribuidora: una obra pública de 36.000 millones de pesos, en la zona de mayor ingreso per cápita, en el lugar de más alto Índice de Desarrollo Humano (0,825) de Antioquia, en la llamada Milla de Oro de la ciudad de Medellín. Allí en donde están radicados los negocios de más altos ingresos —Banco de Colombia, Almacenes Éxito, Carrefour, Texas, Mobil, Esso, Homecenter, Universidad Eafit, El Colombiano— se está construyendo, con los impuestos de los que pagan, una obra para quienes menos pagan o no los pagan.
La llamada Vía Distribuidora se financia con la sobretasa ambiental al impuesto predial del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. El espíritu de la sobretasa ambiental es tener un ingreso para mejorar la calidad ambiental; ella debe ser aplicada con eficiencia, eficacia y equidad. Sin embargo, son 36 mil millones de pesos para destruir un bosque de 75.000 metros cuadrados y construir una vía que será ineficiente e ineficaz para mejorar la calidad ambiental y, peor aún, para mejorar la movilidad. Parece una obra de la Secretaría de Obras Públicas de Medellín y no una obra de la autoridad ambiental metropolitana.
No es una obra que reduzca la contaminación ambiental: el material particulado y los niveles de ruido se incrementarán con el aumento del flujo vehicular, con la tala de árboles y con la construcción de los tres nuevos carriles vehiculares.
La Vía Distribuidora es una obra contraria a la Ley 99 de 1993 (Art. 44) y al espíritu de la sobretasa ambiental. Es una obra eficaz para el uso del carro, una obra que satisface la vanidad de muchos de los tenedores de vehículos, que regala una plusvalía urbana y mejora la circulación de los consumidores. Es una obra eficaz para concentrar el capital, ineficaz para mejorar la calidad ambiental, un nefasto aporte al calentamiento global y una violación del derecho al desarrollo de los municipios más empobrecidos.
La Vía Distribuidora se financia con los dineros de todos los propietarios de predios del Valle de Aburrá, pero beneficia económicamente solo un puñado de negociantes que tienen los más altos ingresos y, ambientalmente, no beneficia a nadie. No es cierto que mejore la movilidad porque la obra deja intactos los cuellos de botella, lo que hace es trasladarlos.
La relación de ingresos per cápita entre los ciudadanos de los corregimientos del municipio de Medellín respecto a los ingresos de los ciudadanos de la comuna de El Poblado tiene una brecha escandalosa de 1 a 37. El municipio de Envigado, otro gran beneficiario de la obra, nunca ha pagado la sobretasa al Área Metropolitana.
El molido principio ambiental que dice que “quien contamina paga” es letra muerta para el Área Metropolitana. Con la Vía Distribuidora los contaminadores no pagan; son los contaminados los que pagan: la contaminación del río Medellín la reciben los municipios de Bello, Copacabana, Girardota, Barbosa, que son los que pagan la sobretasa ambiental, para que los contaminadores que tienen sus negocios en la Milla de Oro puedan darse el lujo de llegar en carro a sus empresas. Eso no es equidad, ese silencio socarrón es la alianza contra la equidad.
El contrato que desarrolla el Área Metropolitana para crear la llamada Vía Distribuidora es un contrato injusto, porque es una obra que privilegia el interés particular por encima del interés general, es contraria a los principios ambientales y contraría el principio constitucional de equidad.
Decía el pensador político estadounidense John Rawls (1921-2002) que “la justicia es la nota distintiva de las instituciones básicas de la sociedad: no sólo basta con que sean ordenadas y eficientes, si las instituciones básicas no son justas deben cambiarse”.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá pierde el año con la Vía Distribuidora. Una institución que capitaliza para los poderosos los ingresos de las mayorías y que actúa en contravía a su objeto legal no tiene futuro. No basta con ser una institución ordenada y eficiente, tiene que ser justa, coherente, transparente y equitativa.
Y, los particulares deberían tomar en serio la “Alianza de Antioquia por la equidad” y empezar adoptando una alianza moral mínima contra la inequidad, comprometerse a no empeorar la desigualdad y así crear confianza en torno a las posibilidades de crear mayor justicia social en el mundo. (Henry Shue, “Not contributing to terrorism. 2001).
Medellín, 14 de agosto de 2007
* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.
24 comentarios:
Hola Dr. Rincón. Que bueno que puso en evidencia la injusticia de esta obra.
Se acuerda cuando la ampliación de la carrera 76? El Colombiano decía que se hiciera por valorización. Por qué será que el mismo periódico, que paga sus impuestos en Envigado no propone que la obra se haga por valorización. Que traigan a Juan Gómez para que la Vía Destruidora se haga por valorización.
Javier G.
que bien Rafa... felicitaciones... ojala la defensoria del pueblo, o la personeria, o la procuraduria, o un juez admvo tuviera los pnatalones de ordenar su suspension...
un abrazo
David
Rafael. Saludos. Está muy bueno el artículo. Es una precisa y fundamentada crítica. Es increíble que estas entidades pierdan tan abiertamente sus objetivos. Has puesto en evidencia y desvelado una aberración que se ha tratado de demostrar y que aquí le das un soporte jurídico y ético muy claro.
Excelente.
como podemos contribuir para que estos casos no se sigan presentando ?
La Vía Distribuidora es la vía de los cobardes: 1) No tuvieron el valor de empezar la obra por la 30, 2) le toleran a Bancolombia que se apropie de las zonas de inundación del río.
Grito verde y verde de la ira
Doctor Rafael, excelente artículo. Me identifico plenamente con lo expuesto.
Que tenga un buen día.
Héctor.
Me sumo a los comentarios anteriores. Hace falta tocar mucho más la sensibilidad social de toda la comunidad.
Un fuerte abrazo.
Pero, acaso viendo que no es una obra propia de la dependencia ambiental no pueden echarla para atrás? no pueden parar la obra o detener los recursos ambientales? declararla algo así como anticonstitucional pero en las proporciones de una amdinistración local?
Sería bueno leer los Códigos de Buen Gobierno de todas estas multinacionales. Será que buen gobierno es no pagar impuestos y echarse al bolsillo los impuestos de los que pagan.
Por El Colombiano no se extrañe. Apuesto que la regional llevará el nombre de Juan Gómez Martinez o de una sobrina de él, o el nombre de la mascotica de la empresa.
Chucho
OIGA CHUCHO. LEA EL MUNDO PARA QUE SE DE CUENTA QUE ELLOS TAMBIÉN APOYAN LA VÍA DESTRUIDORA. EL GOBERNADOR ANIBAL PROPONE LA ALIANZA POR LA EQUIDAD, PERO EL PAPÁ DEFIENDE LA VÍA DE LA INEQUIDAD.
ES QUE LOS PERIÓDICOS LO QUE DEFIENDEN ES EL FUTURO DE QUIENES LES PAGANA LA PAUTA PUBLICITARIAS. ELLOS VIVEN DE LA PAUTA.
ESAS SON FORMAS MUY SUTILES DE CENSURA Y DE ESTABLECER POLÍTICAS EDITORIALES, PORQUE POR DONDE SE VA EL DUEÑO DEL PERIODICO TIRAN LAS NOTICAS Y LAS OPINIONES.
Lo que sucede es que El Colombiano consigue exenciones tributarias en Envigado y apoya una obra que lo beneficia. Que paguen la plusvalía y los nombres de la familia con los que llenan las obras públicas.
Rafael, parece ser que la alianza por la iniquidad es una 'política de estado en nuestro país. Usted lo afirma con profundidad en su columna. Saludos
Ramiro
de particular y todavía más deshonestamente criminal, y máxime si las cosas no tienden a una efectividad de verdad, de acuerdo a su análisis de viabilidad, que es practicamente en lo que consiste su artículo, en la tala de árboles. si bien, a mi parecer por lo menos, y a pesar de la fervorosa cita de octavio paz que le pasé hace algunas semanas, no es tan criminal como el asesinato de animales ( carajo, pero no soy vegetariano ), da la impresión de que el talador de árboles es presa de una forma bastante típica de sadismo reconcentrado: como el árbol no puede defenderse, me lo bajo, así los intereses creados a propósito no sean necesariamente criminales ( solo alguien muy paranoico podría aducir que es de por si criminal el plan que usted refiere, el asunto de la avenida, un proyecto que es bastante global, es decir, yo creo que en cinco de cada 7 ciudadees importantes o relativamente importantes, se está llevando a cabo esa vaina, de un modo, asi termine beneficiándonos, o siendo a la larga inocuo el proyecto como un todo de refacción, etc, muy parecido a la manera como fue modernizada parís en la segunda mitad del siglo XIX, tal y como lo refiere berman, marchal, o sea, esa modernización siempre da la impresión de ser realizada a las patadas-----comodiría consuelo corredor, desde arriba----------, y con una altísima dosis de desconsideración por aquellos que por una u otra razón no entraron en ese tren de progreso, etc, etc,etc,etc,etc,etce,tc,etc ). pero es sin duda criminal esa desconsideración inicial, creo que junto a cosas como la tauromaquia y las peleas de otros animales entre si, la tala ( incluso cualquier tala, desde cualquier tipo de argumento urbanístico empresarial ) debe desaparecer: con la tala , además de la belleza de lo arbórico, desaparece todo aquello que los ambientalistas profesionales ya saben hace rato mejor que nosotros dos o que otros ciudadanos puestos a pensar estas cosas: aaquello de que el árbol en si mismo es un pulmoncito para el mundo, no ?. la belleza casi humana del árbol ( que es por ejemplo bastante similar a la belleza del mar y que en la conocida ompor lo menos famosa tradición china goza de gran aprecio ritual y simbólico ) es lo que también es un pulmoncito para el mundo. es un crimen la tala, y algo muy feo y sádico.
saludos pues...... y ojalá no se bajen más a los arbolitos, llave. ellos no tienen la culpa de nuestras inoperancias ( cuando las hay ) o de nuestras brutalidades ( cuando las hay............... ); ni de ambas juntas ( cuando las hay juntas,q ue es muy a menudo ).
r.
__________________________________________________
Rafael bien dicen que tranquilidad viene de tranca ese trancar tuyo lo debíamos tener todos ........pero quë?????????
gracias por tu comentario excelente
jorge
Not Contributing to Terrorism
by
Henry Shue
hs23@cornell.edu
Those of us who know that we are older, and hope that we are wiser, have dispensed large amounts of free advice during the week since September 11 to young people like you. I think that the one thing you must be sure to remember is that there is no one thing to remember. If the problem were so simple that grasping some one point would have allowed us to solve it, we would have solved it by now.
If all the people of my generation who are now putting ourselves forward as wise men were as wise as we pretend, you would not face the kind of world you face. Many of those who now propose to "solve the problem" are the people who have allowed the problem to mushroom. There is no guarantee that we are any wiser today than we were last Monday. The TV is swarming with people saying two things: first, everything is different--nothing will ever be the same; and second, the solution is whatever policy they had been advocating all along. "The world is transformed, and I was right all along."
I offer you two suggestions. First, we must try to avoid making matters worse than they already are, which is much easier said than done. At one point last week Deputy Secretary of Defense Paul Wolfowitz spoke of "ending states who sponsor terrorism." President George W. Bush has promised to "rid the world of the evildoers." And Vice-President Cheney threatened that nations failing to join the U.S.'s crusade would face the "full wrath of the United States." These indiscriminate threats are irresponsible not only because they are empty--no one can "rid the world of the evildoers"--but more importantly because they could prepare the way for indiscriminate killing on our part.
A terrible evil was perpetrated on Sept. 11, but the grounds for judging it to be terrible also provide the limits on a justifiable response. The attacks on Sept. 11 were massacres because they killed people who had not harmed the killers and were not a direct & immediate threat to the killers. The only people whom one can justifiably kill, I believe, are people who have already done you great harm, as punishment, or people who are directly threatening harm, as defense.
The fact that U.S citizens have suffered great harm does not entitle us to go around the world inflicting similarly great harm on people who have not harmed us and do not threaten us. It is clear that the U.S. government will take severe military action--we have to hope that the action is much more discriminating than the rhetoric so far.
Will military action discourage another round of terrorism? I hope so, but I doubt it. If I could have one wish right now, it would be to ban from the English language the indiscriminate "them." If the U.S. government indulges in revenge and in indiscriminate killing, it will create more terrorists. We will have wronged innocent strangers and harmed our own vital interest in security, through the same acts.
So my second suggestion is that we provide an alternative source of hope for those who are not terrorists but now see hope only in terrorism. The U.S. government is preparing for military action in the Muslim world, in a big way. The last time the U.S. engaged in military action in the Muslim world in a big way was the Gulf War. That war went well for the U.S. side: the Iraqi aggression against Kuwait was reversed, and casualties among combatants on the allied side were very low. But civilian casualties in Iraq, at the time and since, were far higher than would ever have been guessed by Americans who rely for their news on CNN, with its childish fixation on high-tech weapons; and, more important, although the war was short, for ten long years--from 1991 until today--the U.S. has insisted on economic sanctions that have done little to hurt the regime of Saddam Hussein and much to hurt, and kill, powerless ordinary people in Iraq, people some of whom might otherwise have become opponents of the regime.
In spite of their evident futility, the sanctions have been maintained by Democratic and Republican administrations. To many people, including many Muslims, these failed sanctions look heartless and seem to reflect low regard for those affected, because they blight the lives of children and other powerless people, while being only a mild inconvenience to the dictatorship that also blights the lives of those same victims. One way to signal solidarity with desperate people in the Middle East would be to end these pointlessly cruel sanctions, in order to say forcefully: we are not your enemy, but the enemy of your enemy.
I have found myself recalling the advice that Archibald MacLeish placed, in J.B., in the mouth of Job's wife:
The candles in churches are out.
The lights have gone out in the sky.
Blow on the coal of the heart
And we'll see by and by...
Our ultimate light is the spark of humanity in the ordinary human heart. We must blow on the coal of the heart and keep that spark alive, first of all in ourselves: we must not turn ourselves into beasts, whoever our enemies may be. And we must not smother that spark of humanity where it still glows in the hearts of "them."
- Henry Shue
September 17, 2001
¿CIUDAD REAL? CIUDAD DE MIERDA...
Enviado por Anónimo el Dom, 12/08/2007 - 3:43pm.
"llaman progreso a su mas obvia
destrucción, cambiando bosques por cemento..."
Es realmente triste caminar por las calles de "La ciudad bonita", la de la "eterna primavera", y ver colgado en cada arbol, un descarado aviso de "sere cortado, por que estoy viejo" y luego una falsa promesa: "en lugar de éste, sera plantado otro en el sector..." .Es triste caminar por las calles que algún día, quizas en el que aun no habia nacido, estaban llenas de verdes arboles, lugares con montañas y flores REALES, VIVAS, donde no solo se respiraban los gases emanados por los muchos lujosos autos, de pocos; es triste además por que muchos que no tienen ni autos, ni casas, ni zapatos, se sienten orgullosos de vivir en la "mejor ciudad de Colombia" en la ciudad de las montañas y flores falsas de la avenida oriental(montañas y flores, dicen de ESO que hicieron para separar las vias); en la ciudad de los parques sin luces, que costaron miles de millones que no fueron invertidos en quienes vivian en aquellas calles, por que irian a parar en los bolsillos de contratistas o amigos; en la ciudad que se vende por cualquier peso, o mejor por cualquier dolar que algun turista deje a su paso; en la ciudad "MAS EDUCADA", por que llaman educación a "la cultura metro", a la cultura de la obediencia, del silencio, de la hipocresía; la que se educa para servir a quienes tienen más, a quienes mal-dirigen la ciudad, la que se educa para que creamos que la última maravilla es convertir calles en corredores peatonales, que no son más que corredores comerciales, corredores con flores plasticas y gentes enagenadas, no hechos para quienes habitamos la ciudad REAL; la que siente frio en las noches, por que no se tiene una vivienda digna; la que siente hambre y sed, por que el trabajo escasea; la ciudad que corre despaborida para que los "defensores del espacio público" no les roben el sustento para su familia; la ciudad que cada día esta mas hecha de concreto, la ciudad que se olvida de la gente "menos favorecida" que es la mayoría; la ciudad que siembra sus bosques grises, que se alimentan del humo; la ciudad más triste, la más petulante, la más desconocida, la más inventada, la mas irreal, LA CIUDAD DE MIERDA...
ANDRÉS TARRAS...
»
Rafa
Yesquero Mayor
Fraternal saludo
Hermano, sigues poniendo el dedo en la llaga untado con limón. Hace sólo 1 día le escribi a uno de mis hermanos esto:
Fragmento: “Un país como el nuestro sin Equidad y harto de Injusticias, la diferencia se ahonda cada día entre: Prometer y cumplir, predicar y practicar, honestos y bandidos de cuello blanco, etc… Hay que ir más allá de la reflexión en los asuntos de la cotidianidad de nuestra Colombia.
El Sr. Presidente sigue haciendo política, sutil y camufladamente en sus Consejos Comunitarios. El escándalo de la segunda terna para reemplazar a un Magistrado de la Honorable Corte Constitucional no es gratuito. E induce a pensar que tal parece que sí se está pensando en una nueva reelección. La renuncia de las dos distinguidas juristas que avisoraron su papel de “gancho ciego” en la terna para que ganara el embalaje el ExSecretario Jurídico de Palacio… parecían presuntos “pasos de animal grande”.
A diario ocurren paradigmas, por ejemplo: El Informe de Pirry por RCN TV de la otra Cartagena de Indias- prostituida, analfabeta, huérfana, desvalida y empobrecida al máximo. Es una señal de que las grandes ciudades como: Bogotá, Cali, Barranquilla, Medellín, NY, Sao Pablo, México DF, Caracas, etc… sólo maquillan la parte turistica para las fotos. El caso de las fabelas de en Brasil no tiene precedentes en la historia. Esos vicios de grandes ciudades ya están copiados en Colombia.
Detrás de cada Reinado Nacional de Belleza, Carnavales de Barranquilla, Feria de Las Flores, Feria de Cali, Feria de Manizales, Carnavales de Blancos y Negros, Carnavalirto de Bogotá, etc… hay un infinito viacrucis de Miseria, Desigualdad, Ausencia del Estado en Salud, Educación, Alimentación Básica, etc…
Un raponero callejero es capturado y si hay denuncio, judicializado por el hurto de un reloj, cartera, pulsera o celular y a los miembros de la Fueza Pública… preliminarmente sólo se les separa del cargo y se le da la Casa por Cárcel. ¿Hay Equidad? Tal parece que la justicia es para los de ruana o alpargatas. Y ni hablar de los Padres de la Patria apoltronados en el Congreso- ellos tienen el privilegio de escoger el tipo de justicia que los va a juzgar.
El Sr. Alcalde de Barranquilla, sale y entra de la cárcel y retorna a su cargo como si nada ocurriera. El de Cali, pese al desgreño administrativo en que dejó la ciudad sigue batallando por volver al amarradero apoyándose en un tecnicismo jurídico: ¿En qué estamos?
Pero, no te olvides que: Cada Pueblo se da el Gobierno que se merece y 7.5 millones de compatriotas escogió la opción de lo mismo por 4 años más. Y… aunque la Economía siga creciendo a niveles pasmosos el pueblo pueblo que es la mayoria, cada vez es más pobre: Come menos y la platica no le alcanza para subsistir.
Si siguiera relatando este panorama faltaría tiempo y epacio.
Saludos
Orlando EMR
-/-
Una obra injusta, pero también una obra cobarde; que valor cortar árboles.
Todo lo mitigan con vallas publicitarias.
Olga Cecilia Duque
VÍA DISTRIBUIDORA, EN CONTRAVÍA
Por Adonaís Jaramillo C. del Colectivo Ambiental
A la voz planetaria que nos reclama mesura en todos nuestros comportamientos para aliviar un poco la salud de la casa común, lo que se expresa de manera angustiante en actos como apagar las luces por dos minutos que tuvo lugar el pasado viernes 10 de agosto -y que la Casa de Nariño acogió para significar que el fenómeno del calentamiento global y sus secuelas sobre la especie humana va también con nosotros-, los administradores de la ciudad, y las agencias perversas que conspiran para acelerar el desastre, no dan tregua para imponer esa obra soberbia y delirante llamada Vía Distribuidora, planeada sobre los despojos de un parque lineal de 75.000 M2 al sur de Medellín, lugar poblado de vida, para reemplazarlo por asfalto y su torbellino de impactos negativos.
Ahora, cuando el horizonte de la educación está penetrado por la dimensión ambiental, los administradores de la ciudad que insisten en llevar a cabo este dañino proyecto, que en nada contribuye al reclamo planetario, hacen escarnio de las críticas, y al ruego de la vida le oponen la necesidad operativa, sin tener en cuenta que su decisión no resuelve lo que buscan, la movilidad, un empeño que por esta vía es negado por un hecho tan claro como que a la ciudad acabarán ingresando este año más de cien mil motos y cuarenta mil vehículos, volumen que en su progresión geométrica hará trizas la solución que defienden, asunto que saben bién los planificadores pero que para realizar este proyecto se hacen los sordos.
La Vía Distribuidora es la expresión más pura del rechazo (Bush vs. Kyoto) a este llamado hecho por la comunidad internacional, que insiste en asumir el reto de Curitiba de pensar globalmente y actuar localmente, reto que subvertimos aquí por aquello de la berraquera paisa, y es trastocado para pensar globalmente y actuar locamente, porque tenemos que ir en contravía, y mirar con suficiencia por encima del hombro.
La Vía Distribuidora es destruidora de la posibilidad de volver al río; es negadora de las alternativas para educar (¿se podrá educar a una ciudad en el vértigo y la velocidad?); cabalga además sobre la quimera de resolver la movilidad a costa de las zonas verdes para potenciar el uso del vehículo particular, teniendo ya paralelo a este proyecto un medio masivo como el metro movido por energía hidroeléctrica y todo lo que de este sistema limpio se desprende.
Imponerle una servidumbre de tránsito pesado al corredor del río con la alternativa a la vista de la troncal La Pintada-Puerto Valdivia (ver Villegas Moreno El Colombiano 29/05/07), es obcecación y un grave daño que se le inflige a la ciudad. No resulta nada responsable en esta hora de ahora este proyecto antiecológico y ominoso cuando sabemos que no son los valores de Chupeta por su triste final los que nos interpelan, sino el agua y los árboles que cantan la vida buena.
En Medellín se consume el peor diesel del mundo, y con el exponencial aumento vehicular la ciudad está enferma y los dispensarios de salud reventados a causa de la alta contaminación y la accidentalidad. Se está en mora de declarar la emergencia ambiental reconocido como es el incremento en más de un 70% de la mortalidad por Enfermedad Respiratoria Aguda, ERA, (ver el boletín "Medellín Cómo Vamos", abril 2007, pag. 12, editado entre otros por Proantioquia, Cámara de Comercio, El Colombiano, EAFIT, Fundación Corona y El Tiempo).
La mal llamada Vía Distribuidora es un proyecto hijo de la soberbia de una clase dirigente extraviada que quiere darle la espalda al río, y borrarle su vocación congregante, adoptando una obra excluyente y hegemónica, para jugar a las ficciones, construyendo más vías, como si se pudiera vivir a la medida de las calles tiradas a cordel, como lo expresara el poeta cartagenero.
Hola Manuel. Consulté el Panhispánico de dudas y encontré esto:
inequidad. ‘Desigualdad o falta de equidad’: «Una sociedad convencida de la inequidad del reparto de la renta y la riqueza carecerá del mínimo de cohesión social» (FdzOrdóñez España [Esp. 1980]). No debe confundirse con iniquidad (‘maldad o injusticia’; → iniquidad).
Rafael, sería muy importante se refiriera en su columna, a cerca de la distribución de los licores en Antioquia y en la plaza mayorista en poder de quien y por eso la intención de vender la FLA, otra empresa que entraría a hacer propiedad de esos siniestros personajes, como el transporte, el chance, los centros comerciales, las panaderías etc.
Cordial saludo,
Jaime.
¿Quiénes son los contratistas de la Vía Distribuidora?
Acaso serán los mismos de la Avenida 33 o los de las pirámides de la Oriental?
Lucy Mejía
Cali,Col
Agosto 19 de 2007
Maestro
LLL
Usted es un Mago pá torearme la lengua...ja...ja...ja
Cualquier parecido con el Sistema de Salud Gavira Ley 100 + Uribe, es mera coincidencia.
El Miserable Negocio de la Salud en Colombia es una Letrina Putrefacta. Con la complicidad de los galenos que perdieron su ética
por defender la cuchara. Hasta se descararon. En los Consultorios de las EPS o esas farsas Prepagadas ni Tensiometros existen, menos un baja lengua...
los médicos de hoy en su gran mayoría son familia de Sueperman- Exáminan de vista con la mirada de criptonita y las micro-consultas son tan veloces como el creído de Montoya. Los únicos que tocan son los gineco-piernas, si la niña es bonita. Sino ponen a la auxiliar. En materia de salud estamos llevaos y sin retorno.
El único que se cree sus mentiras en Uribe y su Ministro. ¿Cuándo habrá cobertura 100%, si muchos Hospitales no cuentan con lo mínimo para atender a sus pacientes?
El paludo Ministro no puede con Salud y lo premian de Sanador del Desrmpleo y sus Increíbles Estrategías... Otra vez le repito: Cada pueblo se da el gobierno que se merece y 7.5 millones de compatriotas votaron por 4 años más de mismo.
¿No sé, cómo hace un médico para atender en 3 entidades a la vez, llegar tarde a todas y atender citas a la misma hora?
Además, recetar como loros sólo 3 farmacos que están autorizados en un pueril Vademecum que ni ellos mismos creen en el.
Nuevamente nos conquistaron los españoles en la Salud, Servicios, Banca, Carreteras, etc... Estoy esperando mi globo de vidrio como Roldan El Temerario para pagar IVA por el aire contaminado que respiro.
PD: Quieren Privatizar las Clínicas del ISS que no pudieron administrar para que las compren en la Bolsa de la Salud los pulpos que se enriquecen a costa de ver morir a media humanidad. No es un secreto que la única medicina efectiva en materia de salud para los colombainos es: La Tutela.
Saludos
Orlando EMR
BARBARIDADES AMBIENTALES
En Medellín tampoco escampa
Andrés Hurtado García. Columnista de EL TIEMPO.
¿Cómo el Gobierno destruye las selvas del Chocó?
Hasta el presidente dobleu Bush se asustó y parece que los huracanes, las inundaciones, las oleadas de calor, los incendios forestales le están devolviendo el uso de la razón. Manifiesta ahora alguna intención de pararle bolas al asunto del calentamiento global. Opino que es tarde ya, pero algunos se aferran a la idea de que todavía es posible salvar el planeta. Faltaría ver si en alguno de sus viajes de sumisión al poderío del norte, el Presidente de Colombia sigue el ejemplo del dueño del planeta y del verdadero presidente de Colombia. Porque aquí el Gobierno sigue sin enterarse y sin asustarse. No son ganas de atacar la política presidencial, es inmenso dolor porque vamos de c... p'al estanco y queremos apasionadamente el país y nos duele en el alma, en el cuerpo y en todo.
¿Pruebas? Todas. He aquí una suficientemente sólida, que podríamos llamar reina. En el reciente congreso de la Andi, los industriales solicitaron al Presidente la creación del extinto Ministerio de Justicia. El Presidente está considerando crear un viceministerio. O sea, quiere hacer algo en ese sentido.
¿Cuánto tiempo, cuánta tinta, cuántos argumentos, lloros, súplicas y pruebas llevamos miles de colombianos que amamos la Tierra y el futuro y la platica del país, pidiendo que se restablezca en serio el Ministerio del Medio Ambiente y no hemos logrado nada?
Esto quiere decir varias cosas: o que los industriales son más importantes y pesados que los ambientalistas, o que es más importante tener industrias que tener agua, o que, como se dijo arriba, el Gobierno no se ha dado cuenta de lo definitivamente importante que es el cuidar el medio ambiente y los recursos naturales para asegurar la supervivencia del ser humano.
Al oído del Presidente y del Gobierno les comento el secreto a voces de las potencias: dentro de poco, los países poderosos del orbe, los ricos, serán los que posean agua para dar y para convidar, o sea, para su propia subsistencia y para vender. Sí, porque ya se va a comenzar a llevar agua de un lugar a otro en grandes buques tanque, como hoy se lleva petróleo. Y Colombia será potencia si cuida su agua.
Pero, si miramos al gobierno central, no se entiende cómo comete semejante burrada o animalada como es destruir la selva del Chocó para sembrar palma africana. Hay que ver las potentes máquinas tumbando árboles centenarios. Hay que ver cómo desecan las ciénagas. Las entidades científicas del mundo observan aterradas las barbaridades ambientales de nuestro gobierno. Y queremos tratar de borrar la mala imagen de nuestro país. Así es imposible. Esta destrucción de la selva del Chocó es obra a conciencia de la Presidencia de la República y del joven Minagricultura.
Y si esto pasa a nivel nacional, en Medellín no escampa. Un grupo numeroso de ciudadanos responsables y cívicos están furiosos con el Alcalde, pues, para hacer una vía que llaman distribuidora, van a acabar con un bosque de 75.000 metros cuadrados y a talar 1.671 árboles. La vía no es tan necesaria, ya que cerca está el Metro. Ese bosque es vital, pues Medellín consume el acpm más contaminante del mundo. Tiene 4.500 ppm de derivados de azufre, mientras el acpm de Europa está por debajo de los 50 ppm. Todo esto comprueba hasta la saciedad que los gobiernos que tenemos no están mirando el futuro del país. No merecen estarnos gobernando.
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Nada que ver con lo anterior. El director del DAS renunció porque no le alcanzaba la plata. ¿A qué les faltará por renunciar a los millones de colombianos que pasan hambre? Por lo demás, como es cierto que en el sector privado se gana tres veces más que en el oficial, propongo que en vez de 17 millones mensuales demos 51 a los Honorables para que no renuncien a sus curules y priven al país de su admirable, honesta, encomiable, patriótica e histórica labor parlamentaria.
Andrés Hurtado García
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