el yesQuero No. 119
Columna de análisis y crítica política
www.elyesquero.blogspot.com, elyesquero@gmail.com
No. 119. Medellín, Colombia
Terrorismo blanco
Por
Rafael Rincón (*)
Los actos terroristas, previos a la segunda posesión del Presidente de la República Álvaro Uribe Vélez, el pasado 7 de agosto, y en los que están implicados dos oficiales del Ejército de Colombia, son verdaderos actos terroristas. Los hechos fueron reales, se dieron, existieron. Lo falseado fue la información relacionada con esos hechos, especialmente en cuanto a los autores y sus motivaciones.
El Presidente de manera prematura y bajo el argumento del debido proceso y el derecho de defensa pone en duda la responsabilidad subjetiva de los militares y parece que eso diluyera la existencia de los hechos de terrorismo. El Presidente se amanguala con el Fiscal General, encargado de obtener las pruebas y acusar, para decir que no hay responsabilidad. Eso lo debería decir más adelante un juez, pero no tiene porque afirmarlo el Presidente ni cortejarlo el Fiscal General.
Los hechos de terrorismo previos al 7 de agosto contienen todos los elementos objetivos del tipo penal de terrorismo que consagra el estatuto penal colombiano . Los medios utilizados (carros bomba) tenían la capacidad de generar estragos, de crear zozobra y realmente tuvieron este impacto dejando una víctima fatal, soldados heridos y daños materiales en bienes públicos y privados amen del pánico.
Por lo tanto, no se trata de falso terrorismo o de montajes de terrorismo como los han calificado algunos medios. Los “montajes” en cambio sí estuvieron relacionados con la adulteración de la información, especialmente en lo atinente con los autores y los móviles.
En este caso, y una vez más, el presidente Uribe Vélez se molesta con la filtración de la información a la opinión pública e intentó responsabilizar al periodismo de dar al traste con la investigación judicial.
Según la alocución presidencial televisada del 10 de septiembre los militares no buscaban una recompensa, ¿entonces qué buscaban?, ¿quién los mandó? Las respuestas fueron las que se tramaron en un Consejo de Seguridad de 48 horas. ¿Para qué un Consejo de Seguridad de dos días, si de lo que se trataba era de buscar las responsabilidades políticas y no las estrategias para hallar a los autores materiales e intelectuales de los maldecidos hechos?
Pero, además el Presidente dijo que no encontró responsabilidad política porque el Fiscal todavía no tiene pruebas con méritos suficientes para iniciar una investigación penal contra los militares (Entrevista con RCN, 11 de septiembre de 2006). ¿Quién dijo que la responsabilidad política está supeditada a la responsabilidad penal o a la responsabilidad disciplinaria?
Con razón el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, escuchó la alocución dominical del Presidente a horcajadas, con desparpajo, más sentado en su espalda que en su trasero, reflejando una postura escurridiza a la responsabilidad política que le compete. El Presidente Uribe le otorgó la salvación.
Con ese peregrino argumento de no tener fundamento penal para deducir responsabilidad política el Presidente no debería extraditar a ningún colombiano a los Estados Unidos hasta tanto no se emitiera una condena allá o estaría obligado a reintegrar al General Castellanos. Parece que la responsabilidad política es para los de ruana.
Lo más grave es que la absolución política en esta autocracia participativa se convierte en absolución penal, en impunidad. El dependiente Fiscal General de la Nación –antes Viceministro de Justicia de este Gobierno– recibe en esta alocución una “orientación” del Jefe del Estado que el agradecido servidor público de la Fiscalía cumplirá cual subordinado empleado del ejecutivo.
El Presidente Uribe salió a defender la confianza en la Fuerza Pública y a defender su legitimidad, pero también salió a defender su pellejo. El Presidente no puede esconder los réditos políticos de estos actos siniestros que se suman a los que organizaba el ex Director del Das del Atlántico Emilio Vance Zabaleta en su primera campaña.
Lo otro extraño es que el Presidente omita el control de tutela sobre los actos de sus subordinados, y salga a decirle a la opinión pública que está haciendo control político.
Blanquear el terrorismo cuando no proviene de la guerrilla y dejar sin responsabilidad política y penal a los autores del mismo es una alcahuetería desastrosa para quien lo tolera y usa guantes de seda en su tratamiento.
Medellín, 12 de septiembre de 2006
(*) Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas corpus.
El Presidente de manera prematura y bajo el argumento del debido proceso y el derecho de defensa pone en duda la responsabilidad subjetiva de los militares y parece que eso diluyera la existencia de los hechos de terrorismo. El Presidente se amanguala con el Fiscal General, encargado de obtener las pruebas y acusar, para decir que no hay responsabilidad. Eso lo debería decir más adelante un juez, pero no tiene porque afirmarlo el Presidente ni cortejarlo el Fiscal General.
Los hechos de terrorismo previos al 7 de agosto contienen todos los elementos objetivos del tipo penal de terrorismo que consagra el estatuto penal colombiano . Los medios utilizados (carros bomba) tenían la capacidad de generar estragos, de crear zozobra y realmente tuvieron este impacto dejando una víctima fatal, soldados heridos y daños materiales en bienes públicos y privados amen del pánico.
Por lo tanto, no se trata de falso terrorismo o de montajes de terrorismo como los han calificado algunos medios. Los “montajes” en cambio sí estuvieron relacionados con la adulteración de la información, especialmente en lo atinente con los autores y los móviles.
En este caso, y una vez más, el presidente Uribe Vélez se molesta con la filtración de la información a la opinión pública e intentó responsabilizar al periodismo de dar al traste con la investigación judicial.
Según la alocución presidencial televisada del 10 de septiembre los militares no buscaban una recompensa, ¿entonces qué buscaban?, ¿quién los mandó? Las respuestas fueron las que se tramaron en un Consejo de Seguridad de 48 horas. ¿Para qué un Consejo de Seguridad de dos días, si de lo que se trataba era de buscar las responsabilidades políticas y no las estrategias para hallar a los autores materiales e intelectuales de los maldecidos hechos?
Pero, además el Presidente dijo que no encontró responsabilidad política porque el Fiscal todavía no tiene pruebas con méritos suficientes para iniciar una investigación penal contra los militares (Entrevista con RCN, 11 de septiembre de 2006). ¿Quién dijo que la responsabilidad política está supeditada a la responsabilidad penal o a la responsabilidad disciplinaria?
Con razón el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, escuchó la alocución dominical del Presidente a horcajadas, con desparpajo, más sentado en su espalda que en su trasero, reflejando una postura escurridiza a la responsabilidad política que le compete. El Presidente Uribe le otorgó la salvación.
Con ese peregrino argumento de no tener fundamento penal para deducir responsabilidad política el Presidente no debería extraditar a ningún colombiano a los Estados Unidos hasta tanto no se emitiera una condena allá o estaría obligado a reintegrar al General Castellanos. Parece que la responsabilidad política es para los de ruana.
Lo más grave es que la absolución política en esta autocracia participativa se convierte en absolución penal, en impunidad. El dependiente Fiscal General de la Nación –antes Viceministro de Justicia de este Gobierno– recibe en esta alocución una “orientación” del Jefe del Estado que el agradecido servidor público de la Fiscalía cumplirá cual subordinado empleado del ejecutivo.
El Presidente Uribe salió a defender la confianza en la Fuerza Pública y a defender su legitimidad, pero también salió a defender su pellejo. El Presidente no puede esconder los réditos políticos de estos actos siniestros que se suman a los que organizaba el ex Director del Das del Atlántico Emilio Vance Zabaleta en su primera campaña.
Lo otro extraño es que el Presidente omita el control de tutela sobre los actos de sus subordinados, y salga a decirle a la opinión pública que está haciendo control político.
Blanquear el terrorismo cuando no proviene de la guerrilla y dejar sin responsabilidad política y penal a los autores del mismo es una alcahuetería desastrosa para quien lo tolera y usa guantes de seda en su tratamiento.
Medellín, 12 de septiembre de 2006
(*) Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas corpus.
6 comentarios:
hombre Dr Rafael, cada vez escribe mas contundentemente.
felicitaciones. tiene que hacer llegar este escrito a instancias y medios internacionales.
creo que es la unica opcion que queda, que alguien de afuera se interese por lo que esta pasando aqui, y desde fuera se inici algun proceso.
saludos..
David
Es claro que esos "montajes" fueron tramados para asegurar, bajo el infalible marco del miedo y del terror, la reelección. ¿No debería eso ser causa sufciente para impugnar la claridad de los resultados de las elecciones presidenciales?
Me imagino que algún día publicarás un libro con el compendio de todos estos escritos. Siempre he pensado que este tipo de obras son los mejores textos de historia, porque en este aspecto, creo que los textos escolares a duras penas llegan Al Frente Nacional.
Te abraza Helena Míryam
Qué tal Amigo del Yesquero, un yesquero es algo tan viejo, qué estoy seguroqué si no se tratara de un paisa conservador, nadie se atreveria a mensionarlo, ésto me hace acordar de por allá de los años
50 de mi Bisabuelo por parte de mi Papá, fumaba pipa, le decian mula, era casi insoportable su costumbre al tabaco, y mi abuela le recriminaba a menudo,aduciendo qué la pieza donde él vivia era un foco de infeccion, y qué todos corriamos el riesgo de axficiarnos, el viejo no hacia caso a sus criticas, y se ingeniaba toda clase de astucias, para qué ella no lo viera prender la pipa,.Ella le escondia EL YESQUERO, la candela, los fosforos todo, por qué ya casi a los 94 años, era peligroso qué incendiara la casa, ya qué varias veces, hubo qué hecharle agua a toda carrera en su cama, por qué las cobijas estaban enbueltas en llamas, vovamos al yesquero.
Era un delabon con pidra de candela , y un cordon de algodon qué prendia facilmente,con la chispa no?.
Bueno vivimos de recuerdos, ademas recordar és vivir dice la cancion.
Quizas ota vez tengamos oprtunidad de hablar de és tas cosas.
Tube su contacto por parte de Mario Ossaba, además vi un aticulo suyo en el periodico el yesquero, es interesante su punto de vista critico, frente al despelote uribista, aqui en Francia nos preparamos para la fiesta de la Humanité, a patir de hoy.
Saludos calurosos.
Jsé Jesús Zapata Rivera.
En La Guajira
Capturado soldado por
muerte de tres samarios
Por una orden de captura emanada de la Fiscalía 19 seccional URI en turno de Santa Marta, fue capturado la noche del martes el soldado profesional adscrito al Batallón Rondón, identificado como Adolfo Guerrero Camargo, sindicado del delito de homicidio, por la muerte de tres samarios presuntamente dados de baja por el Ejército en el Departamento de La Guajira.
De acuerdo con la información conocida por HOY DIARIO DEL MAGDALENA, un grupo especial del Cuerpo Técnico de Investigación CTI, Magdalena se trasladó a La Guajira para dar cumplimiento a la orden emanada de la Fiscalía.
El soldado profesional Adolfo Guerrero Camargo fue trasladado hasta los calabozos del Batallón Rondón de Buenavista, La Guajira, donde permanecerá mientras se define su situación judicial.
El caso de desaparición y muerte de los tres samarios José Enrique Gutiérrez Áreas, de 19 años de edad, Jeiner Alfredo Pérez Marriaga, de 22 años de edad y Mario Alberto Camargo Baranoa, de 22 años de edad, pasó a manos de la Fiscalía 9 Unidad de Vida de Santa Marta quien adelanta la respectiva investigación.
Por otra parte los investigadores adelantan la investigación del caso en los departamentos del Cesar y La Guajira para determinar la posible vinculación de otros soldados y suboficiales de esa tropa.
De acuerdo con la investigación adelantada por las autoridades, los tres samarios fueron llevados mediante engaños al Cesar para trabajar en una finca.
Los jóvenes partieron la noche del tres de julio hasta la entrada de la ciudad de Riohacha, donde los esperaban dos hombres quienes los trasladaron alrededor de las dos de la madrugada con dirección al departamento de La Guajira.
Según los investigadores el día cuatro del mismo mes aparecieron muertos en La Guajira en presuntos combates con una tropa del Batallón Rondón.
Después de su desaparición, familiares de las víctimas iniciaron la correspondiente denuncia y tras las labores de investigación adelantada por el CTI, determinaron que al parecer los samarios fueron contratados por el soldado Adolfo Guerrero a través de una segunda persona de quien se reserva su nombre para no entorpecer la investigación.
Por su parte, familiares de las víctimas piden que se haga justicia, para que la muerte de sus seres queridos no quede en la impunidad.
Hoy Diario del Magdalena, 14 de agosto de 2006
ESTE GOBIERNO EJERSE VIOLENCIA DE TODOS LOS MODOS POSIBLES... AQUI EN MONTERIA DONDE NOSOTROS CONTRIBUIMOS A VOLVER A MONTAR EL IMNOMBRABLE, AL CAHUETE DE NARCOS-PARAMILITARES. NOS QUITA EL UNICO MODO DE TRAER EL SUSTENTO A NUESTROS HOGARES.....EL MOTOTAXI. QUE ARREPENTIDO ESTOY DE COLOBARLE A ESTE RICO TERRATENIENTE QUE SOLO DEFIENDE LOS INTERESES DE LA GENTE DE SU CLASE.... PARAS, BUROCRATAS, POLITIQUEROS, LADRONES, ASESINOS.
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