15 de marzo de 2005

el Candil No. 45
Observatorio de derechos y conflicto urbano del IPC
www.ipc.org.co
correo: elcandil@gmail.com

HABÍA UNA VEZ UNA RENDICIÓN DE CUENTAS

Por
Rafael Rincón
15 de marzo de 2005

Los gobernantes tienen la obligación de rendir cuentas a la ciudadanía y a los órganos de control. No es una dádiva, ni una colaboración, ni un acto de generosidad, es un deber constitucional y legal presentar informes y cuentas a la ciudad, al departamento y a la nación.

La rendición de cuentas tiene fines, responsables, oportunidad, lugar, contenidos, formas y métodos. Los fines están relacionados con los principios de eficiencia, eficacia, impactos, economía y cumplimiento del plan de desarrollo.

Los responsables de rendir cuentas son los servidores públicos que manejan los recursos estatales; las empresas y sociedades con participación estatal, y también, los particulares, que transitoriamente, y mediante contratación, administran recursos públicos.

La Ley señala el momento y el lugar para rendir las cuentas. Ellas no pueden presentarse en cualquier oportunidad, tienen un término y unos funcionarios responsables de recibirlas. Las Contralorías son las entidades facultadas para recibir la rendición de cuentas.

Los contenidos de la rendición de cuentas tienen que ver con los informes financieros, el examen de gestión, el control de legalidad, el balance de resultados y de valoración de costos ambientales. Y, obviamente, la rendición de cuentas hace un examen del Plan de desarrollo, de la ejecución presupuestal y de los planes de acción.

Desafortunadamente la rendición de cuentas se está convirtiendo en un acto demagógico. Un acto en donde el gobernante promueve su imagen y sus logros.

Confunden la transparencia con mostrarse todos los días en televisión y hacen de la rendición de cuentas un espectáculo, una rueda de prensa para presentar sus iniciativas, sus programas, proyectos e intenciones. Y, las cuentas, por ningún lugar. Pueden hacerse muchos consejos comunitarios, asambleas populares, reuniones pero si las cuentas no aparecen no hay transparencia.

Los candidatos y los gobiernos ganan votos criticando la corrupción y se proponen ser transparentes; para ello expiden decálogos y, muchas veces, llueven sobre mojado señalando horizontes éticos contenidos en la Constitución y en las leyes.

En Medellín, por ejemplo, una ha sido la rendición de cuentas que el Alcalde le presenta a la Contraloría y otra la que proyecta por los medios. A nivel nacional, el Presidente impulsa trámites de subsidios o consigue lotes, pero no rinde cuentas.

“Vamos bien y mejorando” o “las cuentas claras” son consignas que invitan al optimismo pero que no muestran los estados financieros, los resultados, los costos ambientales, el cumplimiento de la ley.

En Medellín el Acuerdo municipal 017 de 2004 establece que la rendición de cuentas es en el mes de febrero; la Res. 050 de 2003 de la Contraloría General de Medellín establece el sistema municipal de rendición de cuentas señalando incluso los formatos en los cuales se debe cumplir la obligación y definiendo las cuentas como “el informe acompañado de los documentos que soportan legal, técnica, financiera y contablemente las operaciones realizadas por los responsables del erario”.

Las cuentas son para probar la transparencia en el manejo del erario público, y no para fabular con las promesas de gobierno; las cuentas son para contar y no para echar cuentos. Las cuentas descifran, es decir, declaran lo opaco, manifiestan y hacen público y de fácil inteligencia lo intrincado.

Las cuentas son para ver con hechos y no con persuasión mediática el desarrollo humano y la calidad de vida de la ciudad, del departamento y de la nación.


Medellín, 15 de marzo de 2005

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno su escrito y con buen respaldo. Mas debemos agregar que la rendición de cuentas, en su origen anglosajón, hace referencia a explicar los porque de las decisiones y en especial de las alternativas de solución a los problemas y por qué de la selección de unas de ellas. .Es también la explicación del por qué no se hacen las cosas. Es antes que todo, la explicación SOCIAL de las decisiones, lo que lleva implícito un contenido moral y ético sobre las decisiones públicas, para verificar que ellas no responden a caprichos e intereses individuales, nacidos del ejercicio del poder. Por ello es también importantes el por que no se hicieron las cosas.

Un cordial saludo

Efrén Barrera Restrepo

Anónimo dijo...

El candilazo del 15 de marzo no solo es desafortunado sino pendenciero.

Si bien nadie deberia pedir permiso a la hora de dar opiniones, El
Candil no es, según entiendo, un organo de rebote de ciertas opiniones
marcadamente parcializadas como las que se refieren a la
administración de Sergio Fajardo.

¿Ocurre así porque Rafa hace parte de la Veeduría o porque es Liberal?
¿Es esta la postura oficial del IPC con relación a la administración
local, es la postura y el talante del Observatorio?

Dice El Candil "Desafortunadamente la rendición de cuentas se está
convirtiendo en un acto demagógico. Un acto en donde el gobernante
promueve su imagen y sus logros." ¿Y entonces para que mas sería ?
¿Parea promover la imagen y los logros de los contradictores
políticos, de la competencia? ¿Acaso si un Alcalde no se defiende o no
muestra sus logros es timorato?, según un candilazo anterior, el que
evaluaba el año de la gestión de Fajardo y le enrostraba su falta de
gestión.
Dice El Candil "En Medellín, una es la rendición de cuentas que el
Alcalde le presenta a la Contraloría, y otra, la que proyecta por los
medios. "Vamos bien y mejorando" o "las cuentas claras" son consignas
que invitan al optimismo pero que no muestran los estados financieros,
los resultados, los costos ambientales, el cumplimiento de la ley"
Pues bueno, cuentas claras, Rafa. Diganos en que consiste, cual es el
entuerto, lo que se engrasa en dichos informes.¿Hay falsedad, hay
algún delito tipificado, hay evidencia de corrupción que justifique
algún ataque, medida o asunto de observación? Termina diciendo El
Candil "Las cuentas son para probar la transparencia en el manejo del
erario público, y no para fabular con las promesas de gobierno; las
cuentas son para contar y no para echar cuentos. Las cuentas son para
ver con hechos y no con persuasión mediática el desarrollo humano y la
calidad de vida de la ciudad, del departamento y de la nación." ¿Cuál
es el propósito de esta amable exhortación? ¿Lo que hace El Candil no
resulta igualmente demagógico, siendo que la demagogia es un ejercicio
pasivo de alinderamiento o conducción de rebaño?
Creo que la seriedad de Rafael y el prestigio del IPC se comprometen
con balaustradas como estas y otras antes emprendidas, que mas parecen
las columnas de la oposición que las de los observadores.