18 de enero de 2005

EL CANDIL No. 37
Observatorio de derechos y conflicto urbano del IPC
http://www.ipc.org.co/

El Abuso del año

Por
Rafael Rincón

Según el DANE el Índice de Precios al Consumidor, IPC, sólo subió el 5.5% en el año 2004. ¿Qué maromas hacen los funcionarios del DANE para que el promedio de las alzas sólo refleje esa cifra fraudulenta, cuando las solas alzas de energía en el estrato tres fueron del 20,3%, y en los estratos cuatro, cinco y seis fueron del 18.8%?.

Y cada alza desata otra. Las de la gasolina y la energía son las que más alzas disparan.

Hasta el momento el alza que ocupa el primer puesto en el podium es el incremento en los tiquetes del metro. Con relación al año anterior el pasaje del metro subió un 21.6%. El tiquete sencillo que se compraba a $950, quedó a $1.150.

¿Por qué un incremento en las tarifas del Metro casi cuatro veces superior al IPC?. Y eso que el 2004 fue el año de la reestructuración de la deuda del Metro, de la inauguración del Metrocable, de la calificación de 9,3 sobre 10 por los usuarios, de las 20 millones de entradas, del fallo favorable en el Consejo de Estado y de la revaluación del peso.

Con esa alza del 21,6% parece que el Metro lo fueran a pagar sólo los usuarios. Multiplicando el incremento por los 20 millones de entradas los nuevos ingresos son la bicoca de cuatro mil millones de pesos.

Recordemos, además, que el Metro se ayuda de muchas maneras. La mayoría de las veces con recursos públicos, con el impuesto a la gasolina, con el servicio de seguridad que le presta la policía, con la pauta publicitaria, con el arriendo de espacios públicos, con las rentas del tabaco. El Metro hace gran parte de su recorrido por las zonas de retiro del río Medellín, es decir no le paga arriendo a nadie, a pesar de que usa un espacio público.

Además, el Metro tiene la gran ayuda de no tener competencia y de tener las reglamentaciones del transporte a su favor. Se busca que el transporte sea complementario para racionalizar los recursos. La mano invisible del Estado ayuda a fortalecer la empresa Metro.

Pero, no puede ser que se le de un dedo y coja toda la mano. Eso significa el incremento de la tarifa del Metro. Es un abuso. El año entrante, cuando el IPC estimado será del 4%, si se incrementan las tarifas en el 20%, nos saldrán con el sofisma de que rebajaron, de la misma manera como que el sofista de Empresas Públicas afirma que la energía rebajo con relación al alza presupuestada.

Y es que el abuso tiende a crecer. En la medida en que por la “fuerza de las circunstancias” el Metro se vuelva obligatorio al usuario lo van a apretar más. Ya existen muchos casos en los cuales una persona se ve ante el dilema de tomar taxi o usar el Metro.

No puede ser entonces que las bondades hacia el Metro y que la Cultura Metro no alcancen para que el bolsillo de los usuarios reciba un trato, por lo menos, proporcional al índice de precios al consumidor.
¿Dónde está el Alcalde para que defienda, para que gobierne esas 20 millones de entradas al servicio público de transporte que enorgullece a la ciudad de Medellín?

Medellín, 18 de enero de 2005

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