2 de noviembre de 2004

EL CANDIL No. 30
Observatorio de derechos y conflicto urbano del IPC
www.ipc.org.co

RESIDUOS SÓLIDOS SIN POLÍTICA Y SIN PRESUPUESTO

Rafael Rincón
2 de noviembre de 2004

Es competencia de los municipios desarrollar la política pública sobre manejo de residuos sólidos. Es decir, el Alcalde y el Concejo, en cumplimiento de la normatividad ambiental, son las autoridades responsables de definir el destino final de las basuras y de los desechos sólidos.

Medellín ha pasado por Moravia, la Curva de Rodas y ahora La Pradera. El primero, un botadero de residuos a campo abierto en pleno centro de la ciudad que generó un inmenso asentamiento de 48.000 habitantes; el segundo, un relleno de 74 has., a 11 kms., que fue cerrado de manera prematura, después de 21 años de uso; y, el tercero, un lote de 354 has., que empezó haciendo separación en la planta, produciendo bioabono, y terminó superando una emergencia y un acoso institucional.

La política nacional de disposición final de residuos sólidos no hay que inventarla, sólo hay que aplicarla, pues ella está definida en la Ley[1]. La política de disposición final de residuos sólidos se funda en la separación en la fuente con una distinción entre basuras y desechos.

Por otro lado no es muy clara la política pública de disposición final de residuos sólidos en Medellín, ni en el Valle de Aburra. El plan de desarrollo no la contiene en el esquema conceptual de la línea tres que habla de Medellín como un espacio para el encuentro ciudadano. Para el 2004 debe estar elaborado el Plan Integral de gestión de residuos sólidos. Lo que quiere decir que mientras éste no exista estamos improvisando.

Aunque ya existe algo de cultura en relación con la separación y se han hecho algunos ejercicios, todavía estamos lejos de tener una práctica sistemática de separación efectiva. No hay una valoración de los desechos, ni de las basuras.
Es perentorio cambiar la mirada sobre los residuos sólidos. Esa mirada debe combinar el enfoque comercial de los desechos, que son los residuos que conservan un valor con el enfoque ecológico de las basuras, que son los residuos que han agotado su utilidad comercial.
Por otro lado, la disposición final de los residuos está tomando ribetes de emergencia. Poco a poco los daños se incrementan. Las vías están soportando un mayor tránsito vehicular, hay olores ofensivos por estar enterrando material orgánico, se presentan deslizamientos en los vasos contenedores por el mal manejo de los taludes y los cortes no técnicos de las pendientes; y hay vertimiento de lixiviados a la quebradas que circundan el terreno.

Como no hay política definida pues tampoco hay presupuesto ni para la gestión de los residuos, ni para el manejo de la emergencia. El presupuesto que figura en el Acuerdo 03 de 2004 es de $575 millones de pesos para cuatro años. Es decir, que con $143,75 millones de pesos por año se aspira a desarrollar una política integral de residuos sólidos y a superar la emergencia sanitaria.

Sin política y sin presupuesto para la disposición de los residuos sólidos emerge un desastre ambiental. Se sigue improvisando, y sólo tendremos plan para atender las emergencias y voz para buscar a los responsables.
[1] Ley 142 de 1994; Ley 632 de 2000; Ley 689 de 2001; Decreto 1713 de 2002, Ley 430 de 1998.

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