el yesQuero Nro. 163
El desconectador anónimo
Por
Rafael Rincón Patiño*
El 74,18% de los suscriptores desconectados del servicio de energía en Medellín están en los estratos 1 y 2. La denominada ciudad “más educada” tiene 243.259 suscriptores desconectados de los servicios públicos domiciliarios; de ellos 60.043 están desconectados del servicio de energía, y de éstos 44.545 (74,18%) son los más pobres (Informe de Gestión Epm, junio de 2007).
El impacto vital negativo de la desconexión tiene un efecto multiplicador inmediato: un suscriptor de los estratos 1 ó 2 equivale a 5 ó 6 personas afectadas por la falta de energía.
La desconexión pone en la picota a los desconectados, ellos aparecen con nombres propios en la lista de morosos, son suscriptores visibles y estigmatizados. En cambio, no aparece el nombre del autor de la desconexión, el desconectador parece un anónimo. Una de las partes del problema de la desconexión es secreta y, a la vez, goza de gran reputación. Desconectar a miles de personas no despeina a su autor.
Vivir a oscuras tiene altos costos para los desconectados y un impacto muy negativo en su calidad de vida: al lado del agobio de la deuda, están la demora en la cocción de los alimentos, el aislamiento por falta de comunicación, el bajo rendimiento académico de los niños, el deterioro de la salud, la mayor accidentalidad, dificultades para trabajar, las comidas frías.
La acción del desconectador anónimo empobrece más a los estratos 1 y 2. El desconectado nada contra la corriente, trabaja más, se esfuerza más, pero su energía humana es ineficiente, no rinde, parece, y perece, pedaleando en una bicicleta estática. La vida se le vuelve más cara. De los 19.906 desconectados del servicio de energía del estrato 1, el 82,27% tiene la energía cortada —los otros la tienen suspendida—, lo que implica un costo adicional de reconexión y lo que señala el fracaso de la refinanciación de las cuentas. El “cortado” es un “ser sin servicios”, es el descastado de los desconectados.
Frente a los atribulados desconectados está el boyante “desconectador anónimo”, responsable político de la desconexión, el municipio de Medellín.
Un municipio que tiene la capacidad política para determinar la ejecución de una vía —llamada sarcásticamente “Distribuidora”— de $36.000 millones para la zona financiera y comercial de más altos ingresos per cápita; pero no se ingenia la forma de dignificar a los estratos 1 y 2 de la población con poco más de la mitad con lo que ha favorecido a los empresarios de la Milla de Oro ($19.104 millones).
El desconectador anónimo tiene corazón con los más ricos, pero acude a la razón práctica con los más pobres. Los deberes que tiene con la ciudad los llama regalos, los regalos que da a los poderosos los llama corresponsabilidad y los deberes con los más pobres los omite bajo la figura de no promover la cultura del no pago.
No es igual hablar de los desconectados que del desconectador. Son dos enfoques distintos del problema de los servicios públicos domiciliarios. Hablar de desconectados es hablar de un problema de los marginales que no tienen ingresos y la desconexión es, entonces, una disfunción del sistema que hay que mitigar, es un problema económico, de meras finanzas.
Hablar del desconectador, en cambio, sería coger el toro por los cuernos, situar la desconexión como problema político, llamar la atención sobre la responsabilidad política del Estado, sobre la prioridad del gasto público social, sobre la vigencia del Estado social de derecho, sobre la dignidad humana, el mínimo vital, el deber de solidaridad.
La desconexión es un problema de prestación de servicios públicos entre el Estado social de derecho y el ciudadano. Es un problema de prioridades sociales. La sostenibilidad empresarial no se puede quedar en la competitividad comercial, la sostenibilidad de la empresa también es política, las empresas de servicios públicos, públicas y privadas, requieren una legitimidad ciudadana.
Cuando el problema de la desconexión tiene su puerta de entrada por el lado del desconectador cambia el enfoque: el desconectado, un impotente económicamente, se transforma en un poder político; se descubre como titular del patrimonio de la empresa que presta los servicios públicos. Este enfoque ubica al sin servicios en el centro de las decisiones y de las políticas públicas. El “sin servicios” como consumidor está apocado, como ciudadano es el titular del patrimonio de la empresa de servicios públicos.
En un Estado social de derecho, como está definido el colombiano, el gobernante tiene la obligación constitucional de atender y dar prioridad a los más pobres. La pobreza no se atiende por deferencia, ¡ya no más “regalos” del desconectador anónimo!. La ciudadanía debe estar conectada para que la ciudad se pueda conectar con el mundo.
El Alcalde de la ciudad, que tiene como una de sus fortalezas los servicios públicos domiciliarios, no puede seguir orientado por un corporativismo empresarial disfrazado de cívico para apalancar sus inversiones comerciales.
El pacto de gobernabilidad en servicios públicos domiciliarios no es del poder económico con el poder político subyugado, es entre el poder político y la ciudadanía, se suscribe y se legitima prestando servicios públicos y no vendiéndolos.
Medellín, 27 de agosto de 2007
* Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas Corpus.
Rafael Rincón Patiño*
1.600 millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad y el 80% de éstas se encuentran en el sur de Asia y en el África sub-sahariana. La pobreza energética es una importante barrera para el crecimiento y el desarrollo en muchas partes del mundo, y sin embargo, las cuestiones referentes a temas energéticos aún son interpretadas como temas específicos de un sector dominado por grandes actores energéticos como las compañías petrolíferas y de gas o los grandes proveedores de electricidad.
Club de Madrid, agosto de 2007
Club de Madrid, agosto de 2007
El 74,18% de los suscriptores desconectados del servicio de energía en Medellín están en los estratos 1 y 2. La denominada ciudad “más educada” tiene 243.259 suscriptores desconectados de los servicios públicos domiciliarios; de ellos 60.043 están desconectados del servicio de energía, y de éstos 44.545 (74,18%) son los más pobres (Informe de Gestión Epm, junio de 2007).
El impacto vital negativo de la desconexión tiene un efecto multiplicador inmediato: un suscriptor de los estratos 1 ó 2 equivale a 5 ó 6 personas afectadas por la falta de energía.
La desconexión pone en la picota a los desconectados, ellos aparecen con nombres propios en la lista de morosos, son suscriptores visibles y estigmatizados. En cambio, no aparece el nombre del autor de la desconexión, el desconectador parece un anónimo. Una de las partes del problema de la desconexión es secreta y, a la vez, goza de gran reputación. Desconectar a miles de personas no despeina a su autor.
Vivir a oscuras tiene altos costos para los desconectados y un impacto muy negativo en su calidad de vida: al lado del agobio de la deuda, están la demora en la cocción de los alimentos, el aislamiento por falta de comunicación, el bajo rendimiento académico de los niños, el deterioro de la salud, la mayor accidentalidad, dificultades para trabajar, las comidas frías.
La acción del desconectador anónimo empobrece más a los estratos 1 y 2. El desconectado nada contra la corriente, trabaja más, se esfuerza más, pero su energía humana es ineficiente, no rinde, parece, y perece, pedaleando en una bicicleta estática. La vida se le vuelve más cara. De los 19.906 desconectados del servicio de energía del estrato 1, el 82,27% tiene la energía cortada —los otros la tienen suspendida—, lo que implica un costo adicional de reconexión y lo que señala el fracaso de la refinanciación de las cuentas. El “cortado” es un “ser sin servicios”, es el descastado de los desconectados.
Frente a los atribulados desconectados está el boyante “desconectador anónimo”, responsable político de la desconexión, el municipio de Medellín.
Un municipio que tiene la capacidad política para determinar la ejecución de una vía —llamada sarcásticamente “Distribuidora”— de $36.000 millones para la zona financiera y comercial de más altos ingresos per cápita; pero no se ingenia la forma de dignificar a los estratos 1 y 2 de la población con poco más de la mitad con lo que ha favorecido a los empresarios de la Milla de Oro ($19.104 millones).
El desconectador anónimo tiene corazón con los más ricos, pero acude a la razón práctica con los más pobres. Los deberes que tiene con la ciudad los llama regalos, los regalos que da a los poderosos los llama corresponsabilidad y los deberes con los más pobres los omite bajo la figura de no promover la cultura del no pago.
No es igual hablar de los desconectados que del desconectador. Son dos enfoques distintos del problema de los servicios públicos domiciliarios. Hablar de desconectados es hablar de un problema de los marginales que no tienen ingresos y la desconexión es, entonces, una disfunción del sistema que hay que mitigar, es un problema económico, de meras finanzas.
Hablar del desconectador, en cambio, sería coger el toro por los cuernos, situar la desconexión como problema político, llamar la atención sobre la responsabilidad política del Estado, sobre la prioridad del gasto público social, sobre la vigencia del Estado social de derecho, sobre la dignidad humana, el mínimo vital, el deber de solidaridad.
La desconexión es un problema de prestación de servicios públicos entre el Estado social de derecho y el ciudadano. Es un problema de prioridades sociales. La sostenibilidad empresarial no se puede quedar en la competitividad comercial, la sostenibilidad de la empresa también es política, las empresas de servicios públicos, públicas y privadas, requieren una legitimidad ciudadana.
Cuando el problema de la desconexión tiene su puerta de entrada por el lado del desconectador cambia el enfoque: el desconectado, un impotente económicamente, se transforma en un poder político; se descubre como titular del patrimonio de la empresa que presta los servicios públicos. Este enfoque ubica al sin servicios en el centro de las decisiones y de las políticas públicas. El “sin servicios” como consumidor está apocado, como ciudadano es el titular del patrimonio de la empresa de servicios públicos.
En un Estado social de derecho, como está definido el colombiano, el gobernante tiene la obligación constitucional de atender y dar prioridad a los más pobres. La pobreza no se atiende por deferencia, ¡ya no más “regalos” del desconectador anónimo!. La ciudadanía debe estar conectada para que la ciudad se pueda conectar con el mundo.
El Alcalde de la ciudad, que tiene como una de sus fortalezas los servicios públicos domiciliarios, no puede seguir orientado por un corporativismo empresarial disfrazado de cívico para apalancar sus inversiones comerciales.
El pacto de gobernabilidad en servicios públicos domiciliarios no es del poder económico con el poder político subyugado, es entre el poder político y la ciudadanía, se suscribe y se legitima prestando servicios públicos y no vendiéndolos.
Medellín, 27 de agosto de 2007
* Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas Corpus.
22 comentarios:
Excelentes tus escritos Rafael, nuevamente te felicito por la lucidez de los mismos y por tu constancia en su elaboracion y difusión.
Saludos cordiales,
Douglas Hernández
ESFODE - Bello (Ant)
Excelente análisis Dr. Rafael. El problema necesita otra mirada, no excluyente, pero si complementaria. Cosidero que existe una tercera vía para este caso: La decisión es política sin dar al traste con la sostenibilidad económica de las epm o de Une.
Jorge Humberto Alzate
Ha sido injusto el municipio con los desconectados o con los "sin servicios" como usted los llama.
Es que eso de cortar servicios después de dos fácturas le soluciona problemas a la empresa, pero no a los usuarios.
Lucy Mejía
Hola.
Muy buen artículo sobre esta horrorosa oscuridad.Es tan indecente el alcalde , que en el acto del paraninfo esta semana, en vez de hablar de la impunidad después de tantos años de muertos los médicos,y otros, se hizo un buen balance de su gobiernito.Solo le faltó papayera.
Con saludo.
J.Arturo.
RAFAEL EL TEMA ES DE PROFUNDA SENSIBILIDAD TE FELICITO Y GRACIAS
JORGE
Doctor Rafael, buenos días.
Muy buen artículo. El mismo criterio de la desconexión se aplica en muchos campos de la actividad económica y de la vida diaria, inclusive por “los ciudadanos de a pie” y aún más grave, al interior de muchísimos hogares.
Gracias.
Feliz día.
Héctor E. Sánchez.
INCREIBLE. TODAS ESAS FAMILIAS CUATRO AÑOS A OSCURAS. QUE NOCHE TAN LARGA.
MAURO
Espero que los desconectados no vayan a cambiar su votico por una tarjeta prepago de energía, cuando tienen en sus manos la inmensa oportunidad de quitarle el poder al sindicato antioqueño que solo los ve como compradores de tarjetas prepago.
Que Fajardo siga soñando con la larga noche de los estratos uno y dos y le siga haciendo carreteras de tres carriles a El Colombiano y Bancolombia.
Alonso Monsalve
Unal Medellín
¿Por qué Envigado que no es del Área Metropolitana madruga a cerrar un carril de la Avenida Regional? Al momento de tributar no es del Área, pero cuando necesita la infraestructura ahí sí es del Área. No aporta un peso a las obras comunes, pero si le gusta beneficiarse de ellas.
Así cualquiera progresa.
Estuve en la Cámara de Comercio de El Poblado escuchando al Alcalde. Estaba haciendo proselitismo por Alonso Salazar. "Todo esto continuará con el candidato del que no puedo decir su nombre". Ah.
Alonso Monsalve
Unal
El alcalde Fajardo debería tirarse una paradita de despedida con los pobres. Que todos en diciembre puedan ver la luz. Y si lo hace en octubre mucho mejor para los desconectados y para el candidato del cual él no puede decir su nombre, pero que todos sabemos quien es.
Alonso Monsalve
Unal
Es verdad que la ciudadanía debe estar conectada para que la ciudad pueda conectarse con el mundo. Rafael esta frase y en general todo el texto es una triste realidad, muchas gracias.
Ramiro
porque no pensar en una campaña masiva de tutrelas para la protección de derehos fundamentales de los niños y las familais afectadas, se trataríad de diseñar formatos de tutela que resalten derechos de los niños a al estudio, una medio ambiente sano, condiciones dignas de vida, efectivizaciónd de derechos economicos y culturales al nivel de sumnistro de la ciudad, pues si hay coberura, hay derecho la la efectivización del servicio.
Dr. Rafael, es que las empresas públicas de Medellín o las de cualquier ciudad no se pueden dejar en manos de los llamados técnicos, a ellos se les olvidan los pobres.
Primero, fueron sus jugosos incrementos salariales y eso es lo que tratan de garantizar. Usted no va a ver al sindicato de profesionales negociando una cuota de reconexión. No Walter va a estar pendiente de sus necesidades estomácales y punto.
Ese es el famoso pacto de gobernabilidad, quieren un pacto de garantía a sus privilegios.
RAFA: muy acertiva tu posision, mas aun con el suceso que ocurrio con las dos niñas que murieron quemadas el amanecer del domingo en el barrio paris "Vavessa y Susana Aguirre. Creo que este hecho debe de aumentar el debate sobre EPM.
RAFA: como hablamos anteriormente, me gustaria que me enviaras informacion de la ciudad importante para la campaña...
un abrazo
LA PIPA
Rafa muy bien agarrado el tema, por los cachos, como debe ser.
O
¿Por qué no le hacen llegar este tipo de denuncias a Félix de Bedout, de la W F;. nacido en Medellín y con gran foro en la radio. Me parece que sirve... su equipo investigador es bueno...
Gustavo
Y qué tal "El vendedor más grande del Mundo" (Álvaro Uribe V). Yo creía que Ecopetrol y las demás empresas del estado que éste ha vendido estaban, desde su concepción, democratizadas. ¿Cómo le parece el cuentecito de que se están democratizando las empresas del estado? vendiendo una parte d ela acciones a colombianos ilusos, otra parte a l0os grandes empresarios y, lá última y mejor tajada a las multimacionales? Acaso esas empresas no eran de todos lo colombianos puesto que fueron creadas y desarrolladas con nuestros impuestos?
Y ya epm entregará todo a las grandes multinacionales con el mismo cuentyo, y entregarán el agua de los ríos y hastad e la lluvia será privatizada.
Un saludo,
Hernando Mejía D.
no pues si quieres votamos por la lupe. la mejor opciion es alonso salazar
NO SE POR QUE NO TE GUSTA SERGIO FAJARDO. AMI SI ME GUSTA Y MI VOTO ES POR ALONSO SALAZAR
DOCTOR
RAFAEL RINCON
EN CIERTO MUNICIPIO DE ANTIOQUIA DE LA REGIÓN DE URABÁ, LOS VEHÍCULOS OFICIALES SON UTILIZADOS EN LA CARAVANA DE LA CAMPAÑA DEL CANDIDATO A LA ALCALDÍA DE LA PREFERENCIA DEL ALCALDE Ó SEA SU MISMA LÍNEA, A PESAR DE LAS PROHIBICIONES Y MANDATOS DE LA LEY, AMÉN DE LA POSICIÓN ETICA Y TRANSPARENTE QUE DEBEN DE MANEJAR EL SECTOR OFICIAL EN EL MARCO DE LA COYONTURA POLITICA Y DE LAS GARANTIAS ELECTORALES QUE DEBEN DE BRINDAR A LA DEMOCRACIA COLOMBIANA.
LAS DENUNCIAS SE HACEN, PERO NO SE PRODUCEN LOS RESULTADOS ESPERADOS POR LA CIUDADANÍA DE PARTE DEL ORGANISMO DE CONTROL, POR QUE EN ESTE PAÍS DEL SAGRADO CORAZON DE JESÚS TODO SE COMPRA,TODO SE CORROE Y SIEMPRE EL JODIDO ES EL PUEBLO.
SOY UN LECTOR DE SUS ARTICULOS "EL YESQUERO" QUE ME LLEGÁN POR ESTE MEDIO, SE ME OCURRE PENSAR QUE TAL UN ARTÍCULO EN ESTE SENTIDO PARA LA SENSIBILIDAD DE LA POBLACIÓN Y EN EL MARCADO DE UNA POLITICA DE PREVENCIÓN PARA QUE LOS ACTUALES MANDATARIOS NO SIGAN CON ESTA CADENA DE FECHORIAS.
ATENTAMENTE,
Empresa desalmada
El colmo del aburrimiento es que en la casa todo el día se oigan noticias. Eso debe ser un vicio de viejos y de periodistas, incluso retirados. Por eso, si alguien me visitara, todavía, probablemente me encontraría escuchando radio (en mi caso, vicio de profesión no de edad).
Una de las cosas que me gustan de las noticias es que uno no sabe con qué historias se va a encontrar en el día, o cuál será la primera: ¿una tragedia?, ¿un triunfo?, ¿un milagro?, ¿una repetición?, ¿un desenlace?, ¿un imposible?
¿Influirá en el comportamiento cotidiano, e incluso en la calidad del día, el tipo de música o de historia que se escuche por primera vez, en la mañana? Eso habría que investigarlo. Alguien, una institución, EPM por ejemplo, debería contratar un estudio al respecto.
Entre los reiterativos temas del presidente, la guerra, las políticas local e internacional, el dólar, el fútbol y los escándalos, una mañana, un periodista dijo que las Empresas Públicas de la ciudad de Medellín habían cambiado su imagen institucional, su logo.
- "El nuevo logo es el moño de una empresa con vestido nuevo, que quiere salir a los mercados del mundo", dijo el director de Relaciones Externas de estas Empresas Públicas.
- "Lo que buscamos es que la gente nos conozca como somos... Yo creo que ya llegamos a la mayoría de edad, un poco tarde, pero llegamos y nos alargamos los pantalones", dijo el gerente general.
- “Se trata de una imagen más fresca, cercana, humilde pero orgullosa y que transmite un carácter más empresarial y corporativo, sin depender tanto de la propiedad del Municipio, como lo hacía ver su logo anterior", dijo el alcalde.
Todas esas palabras, tan llenas de nada, fueron publicadas orgullosamente en la página web de la institución, en un comunicado que, además, dice:
“En los vidrios de las puertas principales de cada piso, en la vajilla del café, en las escarapelas de ingreso al Edificio Inteligente, en la papelería, en los carros de la empresa e, incluso, en el mismo plato en que se sirvió un refrigerio... Todo en EPM ya tenía ayer la nueva marca e imagen corporativa: "EPM, más cerca del mundo".
“La empresa realizó una inversión inicial de 1.213 millones de pesos en el contrato con la firma española Ciac (Consultoría en Imagen y Comunicación), pero llegaría a 6.000 millones de pesos con la campaña de posicionamiento entre el público, que se inició en la noche de ayer”.
La noticia de que EPM había cambiado de imagen casi se cuela entre las demás desapercibidas y prescindibles, hasta que escuché su milmillonario costo. Entonces recordé lo que días atrás leí en “El desconectador anónimo”:
“La denominada ciudad “más educada” tiene 243.259 suscriptores desconectados de los servicios públicos domiciliarios; de ellos 60.043 están desconectados del servicio de energía, y de éstos 44.545 (74,18%) son los más pobres (Informe de Gestión Epm, junio de 2007)”.
La pregunta que se cruza por la cabeza es casi obvia: ¿por qué las Empresas Públicas Municipales pagan seis mil millones de pesos para contratar creativos y comprarles sus brillantes ideas, no para resolver problemas como, por ejemplo, el de los desconectados, sí para cambiar su imagen?
En los vidrios de las puertas principales de cada piso, en la vajilla del café, en las escarapelas de ingreso al Edificio Inteligente, en la papelería, en los carros de la empresa e, incluso, en el mismo plato en que se sirvió un refrigerio, se lee "EPM, más cerca del mundo".
Y más lejos de la gente.
Coda: Me gusta el slogan del Hospital Pablo Tobón Uribe: “Un hospital con alma”. El de EPM debería ser: “Una empresa desalmada”. .
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