el yesQuero
Columna de análisis y crítica política
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No. 129 Medellín, Colombia

Afrenta a la dignidad

Por
Rafael Rincón (*)

La tortura, los tratos crueles, inhumanos o degradantes han sido condenados por las Naciones Unidas en la Cumbre de Viena sobre derechos humanos (1993) y en la Convención que lleva este nombre. Son conductas contrarias al principio de incolumidad e indemnidad de las personas, comportamientos que lesionan la conciencia de la humanidad. La persona no puede ser dañada ni física ni moralmente.

Sin embargo, padecer tratos degradantes ha sido convertido en una actividad extrema con ropaje lícito y competitivo: comer fresas con moscas, resistir cucarachas, serpientes y gusanos son proezas premiadas a los ganadores en un programa de Caracol Televisión llamado Frente al miedo.

Un programa en donde gana el perdedor, es decir quien más se deshumanice, quien más se cosifique, quien se preste para ser medio, quien renuncie a ser fin, quien ponga a un lado la dignidad se gana diez millones de pesos.

“Por dinero mato al que sea” y “¿qué hay para hacer?” eran y son las consignas del sicario que floreció con el narcotráfico en la década del ochenta y que hoy encuentra una reconversión con farándula en algunos realities en la búsqueda rápida del vil metal. El sicario de los años ochenta era de las laderas y barrios deprimidos, el de ahora pelecha en todos los estratos sociales. El capo de los años ochenta era un emergente, decían que era una caranga resucitada, el capo de hoy tiene un nicho en los grupos económicos y no es visible, ni extraditable.

El sicario de los ochenta era un gatillo que eliminaba físicamente a su víctima, el de hoy es un “participante” que se inmola para dar ejemplo de despojo moral, el sicario de ayer buscaba su redención por encima de todo el mundo, el de hoy busca la otra orilla por debajo de su personalidad.

La víctima o participante en este programa renuncia a su dignidad e incluso confiesa que participa de una experiencia maravillosa; agradece a su verdugo la oportunidad de ser modelo de nada, pero modelo, como la víctima de los ochenta daba gracias porque lo mataban de último.

Y así como el sicario mata por dinero Caracol Televisión envilece por incrementar su índice de audiencia y sus utilidades, desnuda públicamente todo lo que algunos colombianos hacen por dinero y le enseña a otros que hay vida más allá de la dignidad.

Gana el que más bajo llegue y así como al sicario mostraba finura eliminando a su hermano o a su amigo a los “participantes” se les reta a las pruebas más infames: acabar con sus escrúpulos y con su integridad moral.

La Corte Constitucional define la dignidad como “vivir sin humillaciones” (T-881-2002). La Corte protege un mínimo vital (vivir bien) y el patrimonio intangible de las personas. A Caracol Televisión no le importa el daño que realiza, su interés es conquistar audiencia y ganarse en 10 segundos los diez millones que otorga de premio.

La dignidad humana es el fundamento del ordenamiento jurídico y político de Colombia. Ordenamiento que desprecia este medio de comunicación que en nombre de la “libertad libre” atropella la integridad moral (unidad bio-psíquica y social) de toda persona.

“Frente al miedo”, el programa de Caracol Televisión, es una afrenta a Colombia, es un programa denigrante de las personas. Son tan desvergonzados, que en compañía de otras empresas y organizaciones son las que entregan anualmente el Premio Nacional de Derechos Humanos, mejor dicho el diablo dando hostias o Pinochet entregando el premio Nóbel de Paz.


Medellín, 21 de noviembre de 2006

(*) Director del Consultorio de Derechos y Gobernabilidad háBeas Corpus.